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6 de noviembre de 2016

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]V[/fusion_dropcap]eintiséis años cantando desde la más absoluta gratuidad con la única razón de llevar al Dios de la Vida a través de su música. 12 discos que desde siempre ha ofrecido gratis en su web y de los que, sin embargo, ha distribuido más de 75.000 copias hasta el momento y que le ha significado recibir un Disco de Oro, algo inaudito en la música cristiana. Todos sus discos van destinados a fines sociales y ayudan a sostener muchos proyectos en España, África y América latina. Nico cantó en Cuatro Vientos ante San Juan Pablo II y un millón de jóvenes en el 2003, representó a España en el Festival de San Remo en el año 2004, y en el 2011 inauguró la JMJ cantando en el escenario central de Madrid- Cibeles su conocido “Firmes en la Fe” para recibir a Benedicto XVI. Su canción “El Señor es mi pastor” es la preferida del Papa Francisco.

Nico es profesor de Filosofía, padre de cuatro hijos, educador incansable, Director del enorme Instituto público “Fernando Aguilar”, de Cádiz y actualmente es el responsable provincial de la Formación de los Directores de los Institutos Públicos… Hace un año la Conferencia Episcopal Española le ha concedido el Premio Nacional Bravo de la Música, la mayor y más alta distinción de la Iglesia católica a un músico, recibiendo el testigo de la anterior galardonada, nada más y nada menos que de Montserrat Caballé. Este año, Nico Montero fue invitado insistentemente a participar en LA VOZ, y sin embargo, se negó, por ser fiel a su vocación de cantar al Dios de la Vida y no entregarse a la tentación de la fama.

¿La música instrumento de evangelización?
Totalmente. Si uno lleva 26 años cantando y recorriendo kilómetros, ciudades y países es por la certeza de saber que a través de las canciones uno es capaz de tocar el corazón de los chavales y adultos. Y es capaz de abrir ventanas e interrogantes al horizonte de la fe. Y hacer visible posible el humanismo cristiano con alegría, ilusión y con arte. Y esto lo vivimos como un ministerio de servicio a la Iglesia y a la gente.

¿Cómo empezaste?
Tengo la suerte de nacer en una familia cristiana. Mi padre era “rollista” de los cursillos de cristiandad y mi madre siempre ha sido una persona de fe. Con trece años me fui a los salesianos de Cádiz porque me quería plantearme la vocación religiosa. Allí cayó en mis manos una guitarra y empecé a componer. Finalmente, Dios me llevó a la vida laical y de casualidad en 1990 grabé mi primer disco “Al fuego de tu fe” y el disco, en aquel entonces eran cintas de cassette, empezó a cuajar y comencé a dar los primeros conciertos. Soy feliz, con el tiempo he purificado las convicciones y sigo cantando con el mismo criterio y la misma fe sin dejarme tentar por otros derroteros. 

Háblanos de tus nuevos proyectos
Conciertos hay muchos e intento ir a todos los que puedo que no siempre lo logro porque hay más obligaciones. Por eso intento siempre viajar con mi familia y hacerlo junto a ellos. Lo último que hemos hecho es la publicación de un musical “Adoración y Liberación” sobre Santa María Micaela, fundadora de las adoratrices. Ha sido alucinante como en el siglo XIX en Madrid una mujer se enfrenta a los mercaderes del sexo y saca a las mujeres de las mafias de la prostitución. Es un proyecto bonito porque todo lo que se recaude es para las casas de acogida de las adoratrices.

Sabemos de la dificultad de la música cristiana en España
Es complicado, pero me siento afortunado por producir 12 discos. Siempre pongo la condición de tener las canciones gratis en internet. En mi página web se las pueden descargar gratis. Sin embargo, al ver que los discos van a proyectos han ido comprando los CDs. Desde la Conferencia Episcopal estos años se intenta dar un empuje mayor a la música cristiana. Es un guiño a los que hacemos música por las parroquias, ciudades,… Es bueno sigan saliendo músicos y es necesario seguir apoyándolos.

¿La música llega los jóvenes?
He dado conciertos al margen de la fe y en ellos no me escondo para dar mi testimonio. A través de la música hay gente se me ha acercado y me ha dado las gracias. Hay que currarse la música con buenas melodías y buenas letras.  También creo que hay que formarse teológica y pastoralmente. Así podremos piñizcar el corazón de las personas. Todo sin imponer ni dar lecciones, pero como una posibilidad más. Y la gente es sensible a eso. No tengo miedo a nada y soy capaz de cantar donde haga falta ya sea delante del Papa ante millones de personas en la JMJ, en la cárcel, parroquia… siempre intentando acertar con el mensaje, cantar con sencillez y autenticidad. Y la gente eso lo nota y lo agradece.

Nico Montero ha cantado en Albacete junto a su pianista Daniel Millán y más de mil personas han disfrutado de tu música y de tu testimonio. Seguro que pronto vuelves a Albacete para seguir compartiendo Fe en la Música. Gracias Nico.