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15 de enero de 2013

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]l día 20 de Enero celebramos el día de las migraciones

El sentido de este manifiesto es dar a conocer y tomar conciencia que desde la antigüedad el hombre ha ido buscando un lugar donde poder desarrollar sus actividades, actitudes, valores y costumbres ect… en una palabra, su progreso personal y espiritual.

Muchos encontraron su progreso en sus países de origen, pero otros por situaciones de injusticia (política de opresión u otras causas) buscan en otras tierras llevar a cabo sus ilusiones o deseos.

Llegan a otros países donde no conocen ni saben cómo van a ser recibidos, se encuentran con otra cultura y costumbres que a veces les es difícil entender y comprender y luchan por un bienestar, que en justicia les pertenece.

El inmigrante extranjero es ante todo persona, con la misma dignidad que nosotros, con sentimiento y vivencias parecidas a las nuestras y con iguales derechos y deberes humanos que nosotros.

Algunos no serán los más pobres no posiblemente los más necesitados de su país. Son personas que en su tierra han vivido con dignidad y reconocimiento social, incluso han podido algunos, vender sus bienes o embarcarse en préstamos. Han sido capaces de vencer miles de dificultades. La acogida que les hagamos, pues, tiene que partir de este presupuesto.

La ayuda que, en estas circunstancias necesitan, de acuerdo con su dignidad, ha de ser humana y, a la vez, humanizadora.

Celebramos el Año de la Fe, ¡Que mejor que acoger a Jesús en la persona del emigrante! Jesús fue uno de ellos, cuando tuvo que huir con sus padres a Egipto, donde sin duda encontraron a personas que les ayudaron en sus dificultades y sufrimientos.

Manifestamos nuestra fe con amor y esperanza en este día.

Paz para todos.

 

 

ENCUENTRO DIOCESANO
El Secretariado de Migraciones junto con Cáritas Diocesana han organizado el encuentro diocesano en la parroquia de la Resurrección, a las cuatro y media de la tarde.

Comenzará con el saludo de nuestro obispo, seguido de testimonios de personas inmigrantes con el tema de la vivencia de la fe en nuestro país, y los cambios respecto de los suyos, para terminar con la celebración de la Eucaristía y una pequeña degustación.