26 de enero de 2014
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El grupo de Nueva Evangelización de la Parroquia de la Asunción nos invita a participar en el Curso Introductorio al Sistema de Células Parroquiales de Evangelización, para impulsar nuestra tarea como evangelizadores en el entorno más cercano, especialmente con quienes nos relacionamos y convivimos en la vida diaria y que no saben si creen o no creen porque aún no conocen a Jesús, o se han alejado o no han tenido interés por Él. También para contribuir a que las parroquias sean más misioneras, nos explica Maribel Iniesta, portavoz de este grupo.
Quien esté interesado de cualquier parroquia, puede apuntarse a este curso, preguntando a su párroco o yendo directamente a la Asunción –en la calle Alonso Cano, s/n, por las tardes-, o bien poniéndose en contacto con Pepita (telf. 616 15 66 84) o Juani (659 53 04 50).
– Maribel, ¿Cuáles son los objetivos del curso?
– Profundizar en aspectos doctrinales y prácticos para realizar una labor evangelizadora entre las personas con quienes te relacionas normalmente en tu vida diaria, y preparar a posibles coordinadores de grupos o células parroquiales de evangelización, que tienen como objetivo actualizar y aplicar lo que Pablo nos dijo: “Anunciar cumplidamente la Palabra de Dios”, porque el Evangelio “da fruto y crece en el mundo”.
– ¿A quiénes se dirige el curso? ¿En qué fechas se va a hacer?
– El curso empezará el día 29 de enero y se realizará en la Parroquia de la Asunción de Albacete, un día a la semana, los miércoles, de 19:30 horas a 21:00 horas. Tendrá una duración de unos dos meses –hasta el día 2 de abril-. Está especialmente dirigido a cristianos con un cierto compromiso de vida cristiana y que tengan experiencia de encuentro personal con Jesús, oración, o que desean tenerla. También para los que tengan inquietud por conocer este sistema o método de evangelización. El curso es gratuito.
– ¿Qué es la célula parroquial?
– Podríamos definirla como un una pequeña comunidad de cristianos que mantienen entre sí relaciones naturales (primarias) y que quieren evangelizar en su entorno (familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, estudio y ocio). Con ellos es con quienes, en las relaciones de cada día, estoy llamado por Dios a vivir y compartir la fe. El objetivo es, por tanto, la evangelización en el propio medio de cada uno, teniendo en cuenta que la acción evangelizadora no se limita a revitalizar la fe de los creyentes, sino que se hace más urgente para los que aún no conocen o rechazan a Jesucristo.
– ¿Cómo surgió la idea de llevar adelante este proyecto y organizar el curso?
– José Luis Miranda, párroco de la Asunción, como objetivo para el Año de la fe se propuso que la parroquia estuviera en estado permanente de misión, es decir, hacer una parroquia misionera. Se interesó en este sistema de células parroquiales, que están funcionando en una parroquia de Milán y se puso en contacto con el padre Piergiorgio, y éste a su vez le mandó la información desde Italia. La experiencia de las células parroquiales de evangelización está reconocida por el Pontificio Consejo para los Laicos.
– Es objetivo de este método contribuir a la renovación de las parroquias para hacerlas más misioneras.
– Sí. Queremos aprovechar el curso para hacer extensivo este método a todas las parroquias. No hacemos el curso para sacar a nadie de su parroquia y llevarlo a otra parroquia o movimiento. Es un sistema para caminar y evangelizar el ambiente más cercano, en la propia parroquia, en unión con los propios párrocos.
– ¿Cómo conociste el proyecto?
– Lo conocí cuando lo presentaron en la parroquia, en la misa dominical, y me pareció muy interesante: era un reto apasionante, fresco diferente…. y lo estamos llevando a cabo un grupo de unas trece personas, que es muy plural, de distintas edades y parroquias, básicamente de la Asunción pero todos con un mismo fin: el gran mandato de “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación”. Nos estamos formando para poder formar a otras personas, con una base de evangelización centrada en la adoración eucarística; conciencia de que el Espíritu Santo es el “agente principal” en la tarea evangelizadora; referencia a la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandii y que la célula es parte de la parroquia.