7 de septiembre de 2018
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]L[/fusion_dropcap]lega la Feria una vez más. Llega con su carácter de acontecimiento singular. Porque la repetición, año tras año, ni merma nuestra admiración, ni agota su novedad. Por eso, cada año, a finales de agosto, cuando empiezan a amainar los calores, a todos los albaceteños, a los nativos y a los incardinados, nos empieza a recorrer por el cuerpo el hormigueo de la Feria, con la que Albacete sueña y a la que Albacete espera como momento cumbre de regocijo y de encuentro.
A lo largo de once años, en estas letras de saludo a la Feria, he ido acumulando un modesto repertorio de mi visión de la misma, Y es que, efectivamente, la Feria convierte a Albacete en plaza mayor de la Mancha, en balcón al que se asoma para lucir sus mejores galas de ciudad familiar y acogedora.En la Feria se abren las puertas de las casas y las de los corazones, se allanan diferencias, se encuentra la alegría saltando en cada esquina.Algún año he recordado con gratitud a los feriantes, hombres y mujeres, que, de día y de noche, soportando decibelios a tope, alegran a los mayores y son la delicia de los pequeños. La Feria: admirable mezcla de sonidos, de olores y colores, de cultura y solidaridad, de corridas y carruajes, de exposiciones y concursos, de Cocemfe, de la tómbola de Cáritas y de tantas organizaciones de solidaridad.
Y cada año, cómo no, ahí ha estado mi saludo más filial y entrañable para Nuestra Señora de los Llanos, que ostenta un singular protagonismo en nuestra Feria, pues ésta nació a la sombra y al reclamo de la Virgen, y en su honor fue confirmada hace más de tres siglos: “Concedemos licencia y permisión para que (Albacete) pueda tener y tenga una feria franca cada año en la festividad de Ntra. Sra. de los Llanos, su Patrona” leemos en el privilegio firmado por el rey Felipe V el 6 de marzo de 1710.
La presencia de la imagen de Nuestra Señora de los Llanos aporta una singular nota de encanto y ternura a la Feria: Por ser la Madre de Cristo nos alienta en los caminos del amor y del servicio: Por ser nuestra Madre nos ayuda a sentirnos y a reconocernos hermanos.
¡Buena Feria a todos!
+Ciriaco Benavente Mateos
Obispo de Albacete