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17 de enero de 2016

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]H[/fusion_dropcap]ace más o menos un año surgía una idea por parte de Justicia y Paz asentada en la generosa necesidad de ayudar y colaborar de alguna manera en dignificar la vida de muchos ciudadanos que no pueden cubrir las necesidades más básicas. Pensaron, y mucho, hasta llegar a la conclusión de que un servicio asistido de lavandería solidaria, gratuito y accesible para todos, podría satisfacer esa posibilidad.

Nos cuenta la coordinadora de este proyecto, Cati Villena, que se plantearon diferentes modos de colaboración pero que después de analizar la realidad albaceteña, echaron de menos un servicio de este tipo para las personas sin hogar.

Dicho y hecho. Desde el pasado mes de mayo funciona este recurso en la plaza Félix María de Samaniego, número 6, en el popular barrio de las 500, “queríamos, nos cuenta Cati, que este proyecto supusiera algo más que instalar máquinas para que, los que no pueden disponer de este recurso básico, pudieran lavar su ropa, queríamos que contaran con un espacio al que acercarse también para sentirse acompañados o guiados, y es que, remarca su coordinadora, también disponemos de una especia de salita, casi como la de cualquier casa, en la que todos los que acuden a nosotros, pueden sentarse, tomar un café y sobre todo, trasladarnos su problemas o dudas que muchas veces pasan por temas de salud, vivienda o cuestiones legales”.

Y es así como personas sin hogar, transeúntes, inmigrantes, todos aquellos que están de paso por Albacete, temporeros que viven en asentamientos, en las afueras de la ciudad, en casas okupas, etc, pueden dignificar su vida en cuestiones tan básicas o elementales como la higiene personal, afrontar su día a día, al menos, con ropa limpia.

“Todo es gratuito, nos cuenta Villena, y aunque nos gustaría gestionar este servicio con cita previa para poder llevar un orden más justo para todos, no siempre es posible porque no tenemos medios”.

Hasta ahora, los 12 voluntarios encargados del servicio, atienden la demanda de diez a una, de lunes a viernes, pero pretenden abrir alguna tarde próximamente para poder cubrir todas las necesidades de las personas sin hogar durante todo el día completo.

Remarcar que aunque esta iniciativa ha partido de Justicia y Paz, desde luego no hubiera sido posible sin la ayuda de otras entidades que colaboran muy activamente, como el Obispado, que ha cedido el espacio para habilitar este recurso, también Cáritas que gracias a la firma de un convenio, va a asumir el coste de una trabajadora a media jornada para la coordinación de la lavandería y finalmente, la parroquia de Santo Domingo, que ha ayudado con las obras para ponerla en marcha y asume el coste de la luz.

Imposible sin ellos e imposible igualmente sin la encomiable labor de los voluntarios que acuden a la lavandería cada día de manera desinteresada.

Otro servicio solidario en la capital albaceteña movido por la generosidad de las personas y la ayuda de la Iglesia.

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