31 de enero de 2016

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El Encuentro de Coros surgió hace unos cuatro años, con motivo del Año de la Fe, con la inquietud de ser una forma renovada de presentar y dar a conocer la dimensión creyente de cualquier persona: la fe. Todo el mundo tiene fe, confía, tiene convicciones, cree en alguien y en algo. Las convicciones de carácter religioso son una dimensión más del ser humano, y son también una ayuda y un estímulo para ser cada vez menos inhumanos, por eso, por esa cuestión de corresponsabilidad con el prójimo, y preferentemente con los que más lo necesitan, el encuentro de coros tiene un carácter eminentemente solidario. Una solidaridad que utiliza un lenguaje universal… la música, para poder llegar a to- dos, y para que todos sientan que tienen sitio.

Intenta ser una forma nueva de llevar una buena noticia. Por eso una de sus particularidades es partir de la propia letra de las canciones, aprovechar su enjundia, su contenido, sus valores humanos y religiosos. De ahí que la presentación de cada canción trate de ser una mini reflexión que provoque al oyente, a partir de la propia letra de cada canción, y le haga pensar o suscitar sentimientos y/o emociones que le afecten en su propia realidad vital.

Con un hilo conductor que es el tema sobre el que gira cada edición, y que este año fue sobre la misericordia, ¡cuán necesaria es! y más en estos tiempos donde el conflicto está al orden del día, difícil de solucionar sino es con el perdón misericordioso que restituye esas relaciones rotas por el odio y las diferencias, a priori, irreconciliables.

Trata de ser un encuentro en salida, es decir, que haga al creyente, al que tiene fe, salir de los templos para estar en el “atrio de los gen- tiles”, en la “plaza pública” y posibilitar compartir las convicciones propias con otro tipo de convicciones, pues cuan- do salimos de nuestras zonas de confort y nos abrimos a los demás, con la perspectiva de ayudar a quien más lo necesita, nos damos cuenta de que son más las cosas que nos unen que las que nos separan. De ahí que tengan cada año cabida instituciones que no son estrictamente religiosas, también nos une la solidaridad.

Es una explosión de ritmos, so-nidos, melodías, voces, estilos muy diversos; con coros grandes, pequeños, jóvenes, niños, mayores, donde todos tienen sitio; y que nos ayudan a acercarnos y reflexionar sobre el tema que trata cada año, así contribuimos a que no sea un desfile de coros sino un certamen con sentido y contenido con un hilo conductor concreto, que entretiene a la vez que te conmueve el corazón y la mente.

Es un acto de generosidad de los coros, este año han sido 15 (el que más). Gente, como tú y como yo, que les gusta la música, les apasiona. Es una expresión musical popular, donde todos tienen sitio, pues se fusionan los que saben solfeo, o tienen estudios musicales, con los autodidactas, o con los que tienen mucha pasión y dedican su tiempo a disfrutar y hacernos disfrutar con esta lengua universal integradora que es la música.