31 de octubre de 2010
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Los obispos de España invitan a los católicos a acoger al Papa Benedicto XVI en su próxima visita a España prevista para el fin de semana que viene, 6 y 7 de noviembre. Los Obispos en su carta pastoral afirman que se acercan ya las fechas en las que el Papa Benedicto XVI volverá a visitar España. En la mañana del 6 de noviembre llegará a Santiago de Compostela, para salir ese mismo día por la tarde hacia Barcelona, desde donde regresará a Roma al atardecer del día 7. Será una visita, con motivos bien precisos, a dos Iglesias diocesanas, cuyos obispos ya se han dirigido a sus fieles explicándoles la importancia de este acontecimiento providencial y exhortándolos a acoger al Sucesor de Pedro, de modo que su presencia y su palabra puedan dar frutos abundantes de vida cristiana.
Los obispos miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal nos unimos a nuestros hermanos de Santiago y de Barcelona para hacer extensivo el llamamiento a los fieles de toda la Iglesia que peregrina en España. Todos hemos de aprovechar espiritualmente la visita del Santo Padre, al que damos ya desde ahora la más cordial bienvenida. Esperamos con fe y con ilusión su Visita. Sabemos bien que donde está Pedro, allí está la Iglesia católica, con toda su belleza y su fuerza de salvación divina. Santiago y Barcelona podrán experimentarlo de manera más viva y directa. Pero todas las diócesis de España están llamadas a beneficiarse también del impulso de catolicidad que significará la visita del Santo Padre. Muchos peregrinarán a Santiago o a Barcelona. Otros podrán ver y escuchar al Papa por los medios de comunicación. Todos podrán unirse espiritualmente por medio de la oración, ya desde ahora, a las intenciones del Santo Padre. Recordamos brevemente los motivos y los fines de su visita pastoral.
El 6 de noviembre, en pleno Año Santo Compostelano, el Papa visitará como peregrino Santiago de Compostela, donde se guarda el sepulcro y la memoria del apóstol Santiago, el primero que derramó su sangre por amor a Cristo, después de haber evangelizado nuestras tierras de España. Desde aquí la fe cristiana se extendería luego por América, en una de las mayores empresas evangelizadoras de la historia de la Iglesia. Antes, Santiago había actuado como polo de atracción para innumerables peregrinos, a cuyo paso se había ido forjando la unidad espiritual de Europa, de la que Benedicto XVI ha hablado de nuevo en su reciente viaje al Reino Unido. A Santiago, pues, el Papa llega como peregrino a uno de los lugares apostólicos más emblemáticos de las raíces cristianas de España, de Europa y de América.
El 7 de noviembre, el Santo Padre consagrará en Barcelona el templo expiatorio de la Sagrada Familia. El bellísimo espacio, concebido e iniciado por el genial arquitecto y siervo de Dios Antonio Gaudí (1852-1926), se halla ya en condiciones para acoger la celebración del culto divino. Allí se dan la mano la auténtica inspiración artística y la verdadera devoción religiosa. La impresionante arquitectura es expresión de un amor divino; del amor, en concreto, a la familia de Nazaret, donde Jesús, María y José ponen ante los ojos del mundo el hondo significado de toda familia humana como cauce y expresión del amor de Dios por cada persona. A finales del siglo XIX, cuando se proyecta el templo, la Iglesia advertía ya que la familia natural y cristiana, basada en el matrimonio, constituye una célula básica de la sociedad, a la que el Estado y la Iglesia han de prestar una atención prioritaria, poniéndose a su servicio, sin preterirla ni suplantarla.
Invitamos a todos a escuchar con atención el mensaje del Papa y a acompañarle con el cariño, con la oración y, si puede ser, con la participación en las celebraciones que presidirá y en los recorridos que hará en Santiago y Barcelona.
Que la Virgen Santísima prepare los corazones y guíe al Santo Padre en la visita que con tanta generosidad y sacrificio nos ha querido hacer. ¡Bienvenido, Santo Padre!”
NOTA FINAL
Una página oficial de la Visita http://www.visitadelpapa2010.org ofrecerá en directo todos los actos del Papa y los mantendrá archivados, a disposición de quienes no hayan podido verlos en su momento o de quienes deseen verlos de nuevo posteriormente.