11 de abril de 2018
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]l 8 de abril de 2018, segundo domingo de Pascua, conocido como el día de la Divina Misericordia (tal como Nuestro Señor reveló a santa Faustina Kowalska) fue la fecha escogida por sor Mª Patricia de la Divina Misiericordia, para vestir el hábito de penitencia en la Orden de santa Clara de Asís.
Esta comunidad de clarisas de Villarrobledo lleva 27 años sin tener en la iglesia del monasterio un acto así con la asistencia de fieles. El año pasado tuvo lugar la toma de hábito de sor Juana Mª de Jesús, pero fue a puerta cerrada.
No es común asistir a un acto así en los tiempos que corren. Las personas que nos acompañaron salieron emocionadas, pues la joven salió vestida de novia, con un precioso velo y adornos, de los cuales se despojó arrodillada ante el altar. La madre le cortó el pelo, se despojó del bonito vestido y se puso el hábito, la toca y el velo blanco de novicia, como señal de pertenencia a la familia franciscana. La iglesia también estaba adornada como en día de boda.
Corre la idea de que la que se mete a monja es porque se ha quedado para “vestir santos”. No somos “monjitas”, somos esposas de Cristo vivo y resucitado que además de ser hombre, es Hijo de Dios. Por amor entregó su vida en la cruz, y sigue amando con locura a cada hombre.
Por Él, cuyo Corazón late en cada sagrario, vivimos nosotras en clausura y somos muy felices. Nuestra forma de vida consiste en vivir el santo Evangelio de nuestro Señor en santa unidad y altísima pobreza. Con nuestras oraciones ayudamos a las necesidades de toda la humanidad. Así escribía nuestra madre santa Clara a una clarisa: “Te considero cooperadora del mismo Dios y sostenedora de los miembros vacilantes de su Iglesia”.