27 de julio de 2016
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En los últimos años, Cáritas Diocesana de Albacete ha aumentado los esfuerzos para poder atender situaciones cada vez más complejas. Iniciativas como los economatos solidarios, el contacto con las Administraciones o el acompañamiento a las personas, son algunas de sus apuestas para dignificar la cobertura del derecho a la alimentación.
La situación actual de paro cronificado y empleo precario implica que muchas familias hayan finalizado todas las prestaciones sociales o no consigan cubrir todas sus necesidades básicas. Familias que, ante la debilidad del sistema de protección, se ven abocadas a una situación de vulnerabilidad de la que no pueden salir sin ayuda. Es una de las consecuencias de una crisis que ha pasado a convertirse en una situación crónica para muchas personas, sobre todo para aquellas que partían de una situación de desventaja, y que han quedado, en muchos casos, fuera del sistema.
En los últimos años, Cáritas Diocesana de Albacete ha aumentado los esfuerzos para poder atender situaciones cada vez más complejas, intentando dar respuesta en momentos en los que tanto los recursos humanos, como económicos puestos a la disposición de las personas más vulnerables han disminuido, precisamente en los momentos de más precariedad social, laboral y de derechos de la historia más reciente del país. Esta situación de emergencia social inicial ha ido convirtiéndose en una realidad social de desempleo, empleo precario o bajos salarios, que se está cebando especialmente con los sectores que cuentan menos formación, con dificultades de reciclaje laboral o con tantos jóvenes que todavía no han podido acceder a su primer empleo.
Durante estos años, el trabajo de los equipos de Cáritas Parroquiales, sobre todo aquellos que han tenido capacidad para ello, se ha centrado, fundamentalmente, en la recogida y entrega de alimentos, así como en el pago de pequeños recibos relacionados con el hogar, cubriéndose a través de los trabajadores sociales de Cáritas, tanto en la ciudad de Albacete como en los pueblos de mayor tamaño. En otros casos también ha sido necesario otra serie de apoyos de mayor envergadura o con una necesidad de intervención más especializada o profesional.
Respuestas dignas a situaciones de necesidad
Con el objetivo de dignificar la cobertura del derecho a la alimentación a las familias que así lo necesitan, Cáritas Diocesana de Albacete ha puesto en marcha, en los últimos dos años, varios proyectos encaminados a esta finalidad. Uno de ellos son los Economatos Solidarios, destinados a dar respuestas dignas a situaciones de carencia. En estos momentos Cáritas cuenta con cuatro Economatos Solidarios en la provincia de Albacete (Caudete, Hellín, Villarrobledo y en la ciudad de Albacete), donde las personas, previamente derivadas por los Servicios Sociales, entidades implicadas o equipos de Cáritas, pueden adquirir productos de primera necesidad (alimentación, limpieza e higiene), pagando solo un porcentaje de su coste. El resto es financiado por las entidades que derivan. De esta forma las personas que acuden a este supermercado pueden seleccionar y comprar lo que realmente necesitan, dignificando así la cobertura de esta necesidad básica y favoreciendo su autonomía. Los economatos están supervisados y gestionados por un equipo de voluntarios y voluntarias que se encargan del almacén y las compras, la tesorería y la caja, la limpieza, y la acogida y el seguimiento de las personas que se utilicen el servicio.
Cáritas Diocesana de Albacete también ha hecho una puesta importante durante estos últimos años, acompañando a las personas voluntarias de los equipos de Cáritas Parroquiales para que centren su atención en el acompañamiento a las personas que atienden, ofreciéndoles herramientas para que se haga realidad que la persona sea el centro de su acción y que el reparto de alimentos sea una acción más dentro de ese acompañamiento integral y no el fin principal de su acción.
Complicidad de las Administraciones Públicas
Pero esta apuesta va ligada también a otro trabajo externo, en caso de contacto con la Administración Pública tanto local, como provincial y autonómica, para el desarrollo de nuevas herramientas de cobertura de necesidades básicas basadas en la dignidad de la persona, entre las que destaca la implantación de las Tarjetas Prepago para su uso por parte de las familias que las reciban en cualquier mercado o supermercado, consiguiendo así que sea la propia persona que realiza la compra la que decida en función del número de miembros de la familia, sus edades o necesidades particulares de cada uno. Así, esta tarjeta formaría parte de un catálogo de opciones que ofrecer a las familias, en el que también se contaría con la entrega de alimentos en especie para casos de extrema urgencia, los Economatos Solidarios y las ayudas económicas directas para la cobertura de otra serie de necesidades relacionadas con la vivienda, salud, educación …
Para Cáritas es necesario la unión de todos y todas para hacer posible que este proceso fructifique y que cada persona o familia tenga acceso a estas herramientas en función de sus habilidades sociales o personales, pero con el objetivo final de normalizar y dignificar el apoyo que, desde Cáritas y otras entidades públicas y privadas, realizan a las personas que peor lo están pasando en nuestra sociedad. Se trata de redoblar esfuerzos, crear alianzas e impulsar la responsabilidad social y colectiva en la lucha contra la pobreza y la exclusión.