7 de octubre de 2018
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]ste tercer y último año, la Misión Diocesana tiene un triple objetivo:
- Concretar nuestra opción misionera en mensajes y acciones relevantes.
- Concentrar nuestros esfuerzos en tres ámbitos de evangelización:
- Familia (Adviento)
- Jóvenes (Marzo – Abril)
- Caridad (Mayo – Junio)
- Ampliar el radio de nuestra acción evangelizadora con una mejor coordinación. E intentando llegar a cuantas más personas mejor.
Aunque las principales acciones de este curso serán las Semanas misioneras dedicadas a esos ámbitos prioritarios, mantendremos la continuidad de los otros dos ejes que nos han acompañado durante los dos primeros años:
TESTIMONIO
Tanto hacia dentro de la comunidad con los grupos de Lectio Divina y los momentos de testimonio en celebraciones, retiros y otros encuentros, como hacia fuera con el Plan de Presencias Sociales y la sugerencia de llevar a cabo encuentros con asociaciones y entidades no eclesiales.
CONVERSIÓN PASTORAL
Para ser una Iglesia en salida mucho deben cambiar nuestras actitudes y estructuras pastorales. Las parroquias que no lo hayan realizado, están invitadas a trabajar en los Consejos de Pastoral el Plan de Renovación Misionera Parroquial en el que buscamos darle una proyección verdaderamente misionera a tres momentos de la pastoral ordinaria de todas las parroquias: los itinerarios catequéticos, las celebraciones de más calado social (comuniones, bodas, exequias…) y la acogida.
Por otra parte, durante el curso se llevará a cabo un trabajo específico sobre las exigencias que nos plantea hoy la pastoral evangelizadora tanto la realidad rural como la de poblaciones más grandes.
Un fruto concreto de esta renovación pastoral de la Iglesia en clave evangelizadora es la Escuela de Evangelizadores, que tendrá su tercer y penúltimo curso dedicado precisamente a esa conversión pastoral. Esta Escuela se ofrece a las parroquias y arciprestazgos para ayudarles a organizar encuentros de testimonio, así como para trabajar el Plan de Presencias Sociales.
CONTINUAMOS… TESTIMONIO
El Evangelio de Lucas, que nos acompañará este año en la Lectio Divina, resalta por encima de todo la misericordia de Dios que Jesús hace patente con toda su vida. Nuestros grupos de Lectio Divina y toda la comunidad que también seguirá el tercer Evangelio en las celebraciones de la Eucaristía dominical, tendrán la ocasión de verse estimulados por la refrescante ternura del que cura, acompaña, llama y revive nuestras almas sedientas. Por eso merece la pena que sigamos escuchando el testimonio de otros hermanos y hermanas que, venciendo el pudor que a todos nos da hablar de nuestra fe, nos contarán su propia experiencia de esa fuerza tan grande que es el amor de Dios y que nos dará sobrados motivos para que, a pesar de nuestros cansancios, intentemos comunicarlo a nuestros hermanos. De ahí que merezca la pena intentar llevar adelante el Plan de Presencias Sociales y los encuentros con asociaciones no eclesiales.
…Y CONVERSIÓN PASTORAL
Todos sabemos que sufrimos una profunda crisis de escasez de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. Y aunque la progresiva toma de conciencia por parte del laicado de su papel protagonista en la Iglesia y la evangelización, pueda hacer frente a no pocas necesidades pastorales (catequesis, liturgia, caridad…), el reto de una profunda brecha entre la sociedad y la religión nos apremia a todos. Las parroquias tendrán que mantener la tensión misionera que se nutre del compromiso transformado del cristiano en el mundo. Los consejos de pastoral tienen una tarea importantísima para concretar cómo cada parroquia puede, dentro de sus limitaciones, ser más testimonial y mejor comunicadora de la vida nueva que Cristo nos trae.
Por otra parte, más pronto que tarde, tendremos que decidirnos a apostar por las tareas en red, por lo supraparroquial, superando particularismos que nos empobrecen todavía más. Compartir fue siempre una seña de identidad de los cristianos. También podemos compartir recursos pastorales para que unas comunidades apoyen y refuercen a otras. Las unidades de pastoral y los equipos eclesiales (laicos, religiosos y curas) apuntan en esa dirección, más allá de solo resolver el tema de las misas cuando hay pocos curas
Madre y hospital de campaña, la Iglesia
La juventud, porque se la echa de menos; la familia porque siempre apostamos por ella y siempre tuvo grandes dificultades que superar; la acción caritativa, porque es un encargo directo del propio Jesucristo: “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”. Coincidiendo en el mismo tiempo (Familia de Adviento a Navidad; Jóvenes de marzo a abril y Caridad de mayo a junio) intentaremos todas las parroquias y arciprestazgos, con el apoyo de los Secretariados y Delegaciones diocesanas, llevar a cabo actividades que nos permitan:
- Conectar con esas realidades
- Conocer mejor sus problemáticas
- Contactar con la sociedad
- Proponer posibles respuestas y ofrecer nuestro apoyo.
Encuentros, convivencias, mesas redondas, grupos de expertos, celebraciones… y cuantas convocatorias se nos ocurran para comunicar a nuestros convecinos que creemos en la juventud y su potencial transformador de la sociedad y la Iglesia; que mantenemos nuestro compromiso con la familia como primer espacio de socialización e Iglesia doméstica; que nuestra compasión y solidaridad con los que sufren no son fruta de temporada, sino una constante en la que se juega nuestra fidelidad al corazón del Evangelio.
Pero más que hacer muchas cosas nos interesa hacerlas juntos, compartirlas y comunicarlas como quien gratis lo ha recibido y lo da gratis.
En las ciudades y en el campo, entre vosotros está
- Pastoral rural: Durante el curso las parroquias del mundo rural analizarán su realidad y verán cómo atender mejor esa periferia de nuestro mundo que sufre la despoblación, el envejecimiento y el progresivo recorte de oportunidades laborales.
- Pastoral urbana: Aunque sin llegar a la complejidad de las grandes ciudades, las parroquias de Albacete ciudad y aquellas poblaciones con más de una parroquia, también tienen sus propios retos, algunos internos (mejor coordinación) y otros culturales (pérdida de identidad religiosa).