4 de diciembre de 2011
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Rafael Rubio, Director de Comunicación de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), ha estado en Albacete, en la Jornada de Formación de Pastoral Juvenil, destacando la importancia de utilizar las redes sociales en la Iglesia.
-Rafael, ¿Qué es una red social?
– Es un conjunto de personas que se relacionan entre sí. Básicamente, son personas que comparten una identidad común, que puede ser un proyecto, un objetivo concreto, que empiezan a trabajar juntos, a comunicarse, a dialogar en pos de ese objetivo, pero en el fondo, son personas que utilizan lo que conocemos como redes sociales, el Facebook, Tuenti…, como herramienta para relacionarse entre sí.
– Es importante utilizar las redes sociales, también en la Iglesia, por las parroquias y grupos juveniles.
– Sí, porque al final las redes sociales se han convertido en uno de los lugares donde la gente está. Antes, los apóstoles iban por los pueblos predicando el Evangelio. Hoy la gente vive, por decirlo de alguna manera, en las redes sociales. Es en ellas donde se comunican y se interrelacionan, por tanto, la Iglesia tiene que estar presente en medio de las redes sociales y hablando el lenguaje, el idioma que habla la gente en ellas.
– Entonces, nos tenemos que adaptar a este nuevo lenguaje, en el que habla la gente en las redes.
– Claro, y yo creo que eso es lo que no acabamos de entender: nos estamos equivocando en las formas de transmitir nuestro contenido, que tiene una validez y una fuerza universal. Es necesario adaptar, no el contenido, del que estamos enamorados, sino la forma de transmitirlo: si predicamos en el desierto, no habrá nadie para escucharnos, y si predicamos en un idioma utilizando formatos que la gente no entiende, no tendremos siquiera la oportunidad de transmitir nuestro mensaje, porque la gente no nos escuchará. Por eso, tenemos que ir donde la gente está, que es en a las redes sociales y hablar el lenguaje que habla la gente: un lenguaje tremendamente gráfico, que busca el impacto, con un fuerte contenido audiovisual, fresco.
– ¿Qué podemos encontrar en las redes sociales que beneficie a la persona?
– Podemos encontrar de todo, pero básicamente es un lugar donde, como decía el Papa en su mensaje en la Jornada sobre Comunicación Social, se abren infinitos horizontes de apostolado, es decir, que la cantidad de gente a la que se puede llegar es grandísima, pero una vez que se ven las posibilidades que ofrecen las redes sociales a la evangelización, lo importante es saber estar como se está en las redes sociales: sin perder la identidad, siendo uno mismo, como uno es, sin esconderse en el anonimato por intentar, por ejemplo, quedar bien por tener muchos amigos. Entonces, tenemos mucho que ofrecer: todas esas cosas que nos desbordan en el corazón, que son muchas… pues, muchas de las personas de la red están sedientas de ellas, deseando encontrarse a sí mismas y aspirar a horizontes más grandes.
– Por tanto, hemos de aprovechar las oportunidades que nos dan las nuevas tecnologías para transmitir el mensaje de Cristo al mundo.
– Eso es. La opinión pública, sobre todo en Internet, es la suma de uno más uno, más uno, más uno… ya no sirve poner excusas de que los medios de comunicación hablan mal de la Iglesia o no nos dan espacio suficiente. Tenemos todas las herramientas necesarias para convertirnos nosotros mismos en medios de comunicación. Basta con hacer las cosas bien, de manera profesional, fresca, teniendo conocimientos, sabiéndolos explicar, y las posibilidades son infinitas.
– Las redes sociales fueron un punto importante para la comunicación de la JMJ.
– Sí. Las redes se convirtieron en una herramienta perfecta para lograr el objetivo de involucrar al mayor número de personas, no ya sólo en la participación en la jornada, sino también en su organización: empresas, jóvenes… Se formó una comunidad de más de 500.000 personas, que durante un año convivieron, dialogaron a través de la red, y se sintieron protagonistas de la preparación de la jornada.
– De cara a los padres, ¿qué peligros tienen las redes sociales para los más jóvenes?
– Hay los mismos peligros que ocurren en la vida, pero a través del ordenador: si un niño que no tiene una madurez suficiente para saber elegir qué es lo mejor para él, se pone delante de un ordenador, acude a buscar lo que se le cruza, y ahí está el peligro de la desorientación: ir de un sitio a otro sin tener claro qué es lo que se busca o para qué. La clave es entender que las redes sociales son un medio en el que se pueden conseguir muchas cosas útiles, pero es necesario, primero, saber qué cosas útiles se buscan, para qué se está en las redes sociales, y facilitar eso también a nuestros hijos.