5490

5490

16 de noviembre de 2008

|

244

Visitas: 244

Cuatro preguntas al Obispo

Con motivo del Día de la Iglesia Diocesana que celebramos el día 16, paramos un momento al responsable de nuestra Iglesia, al Obispo y le preguntamos:

D. Ciriaco: ¿Por qué un día de la Iglesia Diocesana?
La Iglesia vive durante todo el año preocupada de los demás y hay un día que se preocupa de sí misma para invitar a los fieles a que tomen conciencia de su pertenencia a la Iglesia, que se sientan iglesia viva, que más allá de la pertenencia a su parroquia, está la Iglesia Diocesana de la que forman parte y de la que es una extensión cada una de las parroquias. Esta es la razón fundamental de celebrar este día. Junto a este motivo el día de hoy es un toque de atención para animarnos a todos a colaborar con nuestra disponibilidad y nuestro tiempo y también es necesario lo económico, porque la Iglesia se mantiene por estas aportaciones.

¿Cómo entender mejor nuestra pertenencia y colaboración?
El ejemplo ideal lo pone San Pablo cuando compara la Iglesia con el cuerpo: tiene muchos miembros y todos formamos el Cuerpo Místico de Cristo. Si somos miembros de un solo cuerpo todos somos importantes. Somos miembros vivos de la Iglesia y tomamos conciencia de este hecho todos nos ayudamos y colaboramos. Es también un hecho que hay cristianos que han descubierto ya esta realidad; pero hay otros que simplemente ‘usan’ la Iglesia para lo que quieren y necesitan en momentos oportunos (bodas, bautizos, funerales etc.) y les falta esa dimensión de pertenencia y colaboración. Cuando los cristianos viven la pertenencia eclesial de verdad, no hace falta recordar la necesidad de contribuir a su mantenimiento: si soy miembro vivo de la Iglesia tengo que colaborar también en su mantenimiento y desarrollo, nadie me lo tendrá que recordar; como ocurre en una familia.

¿Qué necesidades tenemos en nuestra Iglesia Diocesana?
Tenemos muchas necesidades, muchísimas. Pero antes de eso quiero decir que hay un tópico sobre las riquezas de la Iglesia. Cualquiera que se acerca a nuestra realidad eclesial sabe que vamos a mínimos. Cualquiera se puede acercar a las cuentas que damos cada año y comprobarlo. Es posible que tengamos algunos edificios como la Catedral o alguna parroquia monumental, pero son edificios que no llevan nada más que gastos de mantenimiento que ya nos cuesta afrontar. Podemos tener un patrimonio de edificios pero eso ni se puede vender ni tendría tampoco un valor cuantificable.
Aterrizando en los dineros de la Iglesia de Albacete digo que ahora mismo, cuanto antes, tenemos que construir tres nuevas parroquias en la ciudad. Pues bien: en estos momentos no contamos en efectivo ni para construir un solo templo. Necesitamos la colaboración de los fieles.
Por todo esto invito a todos los que tienen la conciencia despierta de pertenencia a la Iglesia a que se sientan ‘vivos’ en ella disfrutando de ella, y también colaborando en sus necesidades.

¿Cómo colaborar?
Tenemos tres maneras de colaborar: una de ellas es poniendo la x en la casilla de la Iglesia Católica (en la Declaración de Renta); otra manera es la colaboración en la parroquia y los donativos en la colecta dominical, domiciliaciones bancarias, etc. Y la tercera forma es la colaboración extraordinaria en este día de la Iglesia Diocesana.
Algunos se quejan de que la Iglesia reciba dinero por este camino. Conviene decir muy claro que la Iglesia es la entidad que menos recibe y que más se autofinancia en España; más que los sindicatos o los partidos políticos; y ahora, de una manera más clara. Sólo recibirá los que los ciudadanos decidan al poner la x en la declaración de la renta.
Quiero constatar que los en nuestra Iglesia Diocesana, los fieles colaboran generosamente y son conscientes de que la Iglesia somos todos y entre todos la sostenemos y desde ella ayudamos a tantos necesitados, pobres, enfermos, ancianos, inmigrantes, etc. Además de constatarlo agradecer tanta generosidad.