4 de noviembre de 2007
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Nos podíamos haber quedado en casa llorando o ir todos los días y a todas horas al cementerio con lutos eternos y aspecto de plañideros para siempre. Sin embargo, sacando fuerzas de flaqueza, apretando los dientes, tragando nuestras propias lágrimas hemos decidido levantarnos y VIVIR. Vivir precisamente pensando en nuestros difuntos por los que seguimos llorando y de los que tendremos siempre el recuerdo en nuestro corazón y la presencia continua en nuestras vidas.
Hemos decidido VIVIR y vivir unidos entre nosotros. Hay entre todos como una cadena misteriosa que nos une, cadena de amor de los que están ya en la otra orilla.
En nuestra asociación sintonizamos absolutamente todos en la misma frecuencia, nos comprendemos con solo mirarnos. Por la entonación de voz y la emoción mantenida podemos hacer el cálculo (unos de otros) de las lágrimas derramadas. Pero ya hemos dado el segundo paso: dejar de llorar inútilmente y ayudar a las familias y a las personas que han sufrido la pérdida de algún familiar y por este motivo lo esté pasando terriblemente mal y le falten las fuerzas para continuar viviendo.
Es una asociación que apenas tiene dos años y en tan poco tiempo acogemos ya a unas setenta familias.
Muchos creemos en Dios; otros no hablan de este tema, pero lo que es seguro es que todos nos ayudamos y nos respetamos.
Hoy tendemos nuestras manos a ti: si por motivo de la muerte de algún familiar lo estás pasando mal… únete a nosotros. Una cosa, por lo menos, te debe quedar clara: tu dolor los vamos a comprender como nadie y compartiéndolo con nosotros comenzarás a sentirte ayudado. Puedes llamar ahora mismo. Nuestro teléfono es el 697 865 544. Nuestra dirección: Doctor Fleming nº 12, 4º