5685

5685

1 de enero de 2010

|

48

Visitas: 48

XLIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ. Mensaje del Papa Benedicto XVI

Mientras la cumbre del Copenhague sobre el cambio climático se clausura sin demasiados compromisos, el Papa Benedicto nos regala providencialmente este mensaje para el “Día de la Paz”. En su día, Pablo VI nos hizo comprender que el camino de la paz pasaba por la justicia, así nos hace comprender Benedicto que otro camino necesario para la paz es cuidar de la creación. Intentaré resumir este importante mensaje, a su vez, lleno de rabiosa actualidad.

1.- Empieza diciendo el Santo Padre que si la crueldad del hombre por el hombre está produciendo multitud de agresiones y conflictos, no es menos cierto que estas agresiones se multiplican por el descuido y por el abuso de los bienes naturales. Por tanto, hay que buscar una reconciliación del hombre con la naturaleza.

2.- Esta idea ya está reflejada en Caritas in veritate, cuando dice que el desarrollo integral del hombre, se consigue desde la responsabilidad con el entorno natural. La creación no es algo que nos viene del azar, sino que es un regalo del cielo, al que hay que acoger y cuidar con responsabilidad.

3.- Ya Juan Pablo habló hace veinte años sobre el tema, diciendo cómo la paz mundial estaba amenazada por la falta de respeto a la naturaleza. Y Pablo VI recordando la Rerum Novarum, nos hizo ver en su día cómo una explotación sin control de la naturaleza puede llevar a la ruina a la familia humana toda entera.

4.- Sin entrar en la cuestión de las soluciones técnicas, lo que no podemos es cerrar los ojos ante la realidad que nos envuelve. Y enumera el Papa algunos problemas: “el cambio climático, la desertificación, el deterioro de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y las capas acuíferas, la deforestación… ¿Cómo descuidar el creciente fenómeno de los “prófugos ambientales”, es decir todo esos que tienen que huir de acá para allá por un deterioro forzado?”

5.- Para comprender la crisis ecológica hay que tener en cuenta el concepto de hombre que tenemos y en qué consiste el desarrollo y su relación con el entorno. Debajo de ella subyace la crisis moral. Esto nos debe llevar a buscar otros modos de vida menos consumistas, más sobrios y solidarios.

6.- Desde la Revelación conocemos el proyecto que Dios tiene sobre la creación: creced. Pero el pecado lo ha estropeado todo. El hombre en vez de convertirse en colaborador, se ha creído dueño. En vez de proteger a la naturaleza, la ha tiranizado. Ahora sufrimos su rebelión.

7.-Los bienes de la tierra son para todos. Pero la negligencia de unos, la voracidad de otros están haciendo que grandes regiones vivan en la más absoluta pobreza. Esto conlleva una llamada a la responsabilidad para ver lo que estamos haciendo las regiones más empobrecidas de la tierra.

8.- Por tanto hace falta una generosidad intergeneracional, es decir hay que tener en cuenta el futuro, no dejar a las futuras generaciones en la ruina. Además hace falta una generosidad intrageneracional, es decir, que entre los que hoy vivimos haya una responsabilidad solidaria.

9.- Otro problema es ver qué hacemos con los recursos energéticos, buscando estrategias compartidas y sostenibles para satisfacer el presente de todos sin olvidar el futuro. Aquí tienen los poderes públicos una gran responsabilidad

10.- Una vez más el Papa nos invita a examinar nuestros comportamiento consumistas; a tener en cuenta el bien común y tomar conciencia que los desastres que ocurren lejos son también nuestros desastres. Queremos un mundo en desarme progresivo y sin armas nucleares.

11.- La Iglesia tiene una gran responsabilidad para salvar al hombre y su patrimonio humano. Salvemos la vida. Eduquemos a las nuevas generaciones en el respeto a si mismos, para que puedan respetar su entorno.

12.- Cuidar la naturaleza es cuidarse a sí mismo. Hay una diferencia axiológica y ontológica entre el hombre y los demás seres vivos. No hagamos de la naturaleza un absoluto, que se la considere más importante que la persona misma.

13.- Y termina el Papa diciendo:”quieres la paz, protege la creación”. La construcción de la paz y la salvaguarda de la creación van indisolublemente unidas. Lo que Dios ha unido no lo separemos. Jesús a través de su muerte y resurrección, nos ha dado su Espíritu que nos da la posibilidad de renovar la faz de la tierra.