10 de septiembre de 2008
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Desde el sábado, 13 de septiembre, Albacete cuenta con un nuevo sacerdote en la diócesis. Nuestro Obispo, Ciriaco Benavente, ha ordenado a este joven diácono llamado Luis Salvador Ruescas Juárez en su pueblo natal, en la parroquia de San Blas de Villarrobledo, a las 11 de la mañana. A Salva, que es como sus amigos le conocen, le gusta el deporte y estar con la gente y su familia, le apasiona la música y toca la guitarra. Ha sido profesor de Religión y durante este año ha ejercido su ministerio diaconal en la parroquia de la Asunción de Albacete.
– Eres sacerdote sacerdote, ¿qué sentimientos te produce la ordenación?
– El primer sentimiento es el de descubrir que uno llega hasta aquí como fruto de una experiencia de encuentro con Jesús en la vida. No es fruto del azar sino una apuesta de vida. Con el sacerdocio se renueva el Sí que hace unos meses di al Obispo y a la Iglesia de Albacete para anunciar la Buena Noticia de Jesús.
– Y ser sacerdote, ¿para qué?
– Para anunciar la Buena Noticia de Jesús: vivir la Palabra de Dios, acompañar a la comunidad en sus sueños e iniciativas, compartir sus problemas y trabajar juntos por el desarrollo del pueblo. Hacer presente a Jesús en cada ambiente como estímulo para salir de uno mismo y servir a los demás.
– Hay muchas personas que ven el sacerdocio como un regalo y un don. Invita a los jóvenes a descubrir esta vocación
– Estad atentos a la vida. Hay muchos rincones de nuestra sociedad que son una llamada a vivir con autenticidad. Muchos quieren decirnos cómo hemos de pensar, pero sólo cuando buscamos ser nosotros mismos encontramos la felicidad. En Jesús yo he descubierto quién soy y qué puedo hacer por los demás. Por eso un consejo: busca un compromiso que puedas cumplir y compártelo con Jesús en la oración.
– El 20 de septiembre serás presentado como nuevo vicario parroquial en Yeste, tu nuevo destino. ¿Qué esperas de esta nueva etapa?
– He sido destinado a Yeste y sus aldeas. Estoy muy feliz de aprender a ser sacerdote allí, primero porque es una comunidad cristiana madura y comprometida que apuesta por vivir su fe en la realidad de la sierra, y segundo porque el trabajo que han realizado estos años sus sacerdotes marcan un estilo de encarnar el evangelio muy sugerente y enriquecedor. Además, voy a compartir misión con Rami, sacerdote compañero y amigo, del que seguro voy a aprender a hacerme de Yeste como sacerdote.
– Cuenta con nuestra oración y compañía para este paso tan importante en tu vida
– Uno es sacerdote elegido entre el pueblo para vivir de esta forma especial esta llamada. Esta llamada nace y tiene como destinatarios de la Misión todo el pueblo creyente. Invito a todos a uniros este día, no sólo a la ordenación, sino al proyecto diocesano de vivir de la presencia de Jesús en una sociedad secularizada.