6 de septiembre de 2017
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Cada año, cuando declina agosto, que ha sido este año tan pródigo en calores, empezamos a sentir, como si fuera una caricia de aire fresco en medio de la canícula, el gozo anticipado de nuestra Feria. No hay albaceteño que a lo largo del año no sueñe con la Feria, que no la espere como un tiempo de solaz y disfrute, que no la aguarde como un oasis en medio de la travesía fabril del curso. La feria es encuentro, convivencia, saludo e intercambio. Es una pena que este año la alegría que precede a los acontecimientos venturosos, como es el caso de nuestra Feria, haya quedado manchada y empañada por la sangre de los muertos y heridos, víctimas del fanatismo cruel, causante del reciente atentado terrorista en las Ramblas de Barcelona y en Cambril. Quiera Dios que tales actos, inconcebibles en persona de mente y corazón sano, no vuelvan a repetirse.
Otros años, en este “saluda” de la Feria, he recordado a todos aquellos que la hacen posible. Porque no hay Feria sin carpas, sin casetas, sin luces ni sonido, sin colores y sabores. Los “feriantes”, invulnerables al cansancio, encandilan con sus numerosas atracciones a los pequeños, y son, con sus ricos productos artesanos, regocijo para los mayores.
Mi saludo más filial y entrañable para Nuestra Señora de Los Llanos, que ostenta por derecho propio un singular protagonismo en nuestra Feria. A su sombra nació la Feria en tiempos remotos y, en su honor, fue confirmada hace más de tres siglos: “Concedemos licencia y permisión para que (Albacete) pueda tener y tenga una feria franca cada año en la festividad de Ntra. Sra. de los Llanos, su Patrona” leemos en el privilegio firmado por el rey Felipe V el 6 de Mazo de 1710.
Por eso, la ciudad de Albacete, agradecida, entroniza cada año la imagen de Ntra. Sra. de los Llanos en el corazón mismo del recinto ferial. Comprendo que haya personas para quienes signifique poco o nada esta presencia mariana en la Feria. Pero, porque son muchos los que tienen otra manera de ver las cosas, yo espero que los vientos laicistas no se opongan a que siga viva esta tradición entrañable y hermosa.
Que Ntra. Sra. de los Llanos, desde su capilla en el recinto ferial, siga perfumando nuestra Feria con las mejores esencias de ternura, de amor y de alegría. Porque es madre, su empeño es hacer familia, crear fraternidad. ¡Que Ella, experta en abrir puertas y corazones, nos conceda gozar de una Buena Feria!
¡Feliz Feria a todos!
+ Ciriaco Benavente Mateos
Obispo de Albacete