2 de mayo de 2010
|
68
Visitas: 68
[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]s de justicia agradecer la labor gratuita y desinteresada de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en la Residencia San José. Por sus desvelos y entrega a los ancianos, durante tanto tiempo, siempre serán nuestras “queridas monjicas”. Así se lo manifestamos a Sor Teresa, mientras nos cuenta el por qué y el cómo de su vida cotidiana entre nosotros.
– Hermana Teresa, ¿cuánto tiempo hace que están con nosotros?
– Ya va para 126 años, se dice pronto…
– ¿Por qué razón eligieron Almansa? ¿Prefiere el nombre de Asilo o Residencia de Mayores?
– El año 1884, el Sr. D. Antonio Pérez de Herranis, Conde de Antillón, otorgó a la Conferencia de San Vicente Paúl, una casa situada en la calle Rambla, nº 16 (al lado del antiguo Lavadero) para que sirviera de asilo para sus pobres, bajo la dirección de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Con el paso del tiempo fue aumentando el número de ancianos, la casa se quedaba pequeña y fue D. Celedonio Sanz Bordera, en el año 1940, quien donó un solar para la nueva casa, pero al estar tan céntrico se permutó por otro donde actualmente está ubicada. Preferimos el nombre de Residencia de Mayores porque la palabra “Asilo” parece que tiene connotaciones peyorativas como si fuera un lugar donde se recoge a pobres, desgraciados o abandonados por todos.
– ¿Cuántas Hermanitas forman la Comunidad de religiosas? ¿Cómo se financian los gastos de la Residencia?
– Actualmente somos 8 Hermanas. Sólo ha habido una Hermana almanseña. Con la aportación del 80% de la pensión de los residentes. Las Hermanas recogen aportaciones de todo tipo: artículos de limpieza, alimentación, ropa, calzado, artículos de higiene personal, etc. Donados generosamente por fábricas y empresas, de Almansa, Castilla la Mancha, Andalucía y Comunidad Valenciana. Además ya saben que las puertas están abiertas para voluntarios o cualquier persona que quiera compartir su tiempo libre con nosotros.
– ¿Cuántas personas mayores atienden? Descríbanos un día cualquiera.
– Alrededor de 70 personas procedentes en su mayoría de Almansa. Se suelen levantar a las 8 de la mañana. A las 9 se celebra la Misa para los que deseen participar. Seguidamente el desayuno. A continuación van a una sala de terapia ocupacional y bajo la dirección de una fisioterapeuta realizan manualidades y se les aplica masajes a quienes les ordena su médico.
A las 1:15 se les sirve la comida. Después, ocupan su tiempo libre viendo la televisión o paseándose por los pasillos o jardines (cuando el tiempo lo permite) o haciendo salidas por el pueblo. Y a las 7:45 se les sirve la cena.
– Vivimos en una sociedad en que los “viejos” parece que estorban en todos los sitios. ¿Son Vds. partidarias de que permanezcan con sus familias, si los achaques aún se lo permiten?
– Sí, por supuesto. Y ojalá todos los ancianos pudieran pasar en la que han sido su casa los últimos días de su vida en compañía de sus familiares.
– ¿Qué dan Vds. a los viejecitos que no den en otras residencias? ¿Cuáles son las normas de la santa fundadora?
– Carecemos de datos de otras residencias para poder comparar. Dentro de un ambiente de amor cristiano, seguimos las indicaciones de nuestra Madre Fundadora con una atención total y personalizada a los ancianos, atendiendo a sus necesidades en cuanto alimentación, limpieza y servicios sanitarios, sin dejar de atender sus necesidades espirituales
– En su trato y convivencia diaria con las personas mayores, ¿qué han aprendido de ellos? ¿Son realmente como niños?
– Conocemos los obstáculos que han tenido que vencer durante su larga vida y aprendemos su fortaleza para salir adelante y poder criar a sus hijos. Son personas adultas con la experiencia de una larga vida llena de luces y sombras.
– ¿Se da el abandono de las familias a sus mayores o, por el contrario, suelen visitarlos con mayor o menor frecuencia?
– No se trata de un abandono sino que por las circunstancias de la vida actual, los esquemas han cambiado. Las familias suelen venir a visitarlos y llevarlos a comer, y pasar todo el tiempo que pueden con ellos.
– ¿Cuál es el mensaje que, continuando el ejemplo de su fundadora Sta. Teresa Jornet e Ibars, les gustaría transmitir a los ciudadanos almanseños?
– Sabiendo que todos llegaremos, Dios mediante, a una edad avanzada, tratemos a nuestros ancianos con el mismo cariño, ternura y comprensión que nosotros desearíamos recibir el día de mañana cuando seamos mayores.