10 de marzo de 2013

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PREGUNTA. Ramón, ¿Qué da­tos podemos destacar en la estadís­tica de niños y jóvenes que piden la enseñanza de Religión en toda la provincia?
RESPUESTA. En el presente cur­so escolar, tenemos 53.633 alumnos matriculados en la Enseñanza Obli­gatoria en sus tres etapas educativas (Infantil, Primaria y Secundaria), de los que 43.840 han pedido la ense­ñanza de Religión, es decir, el 82% del total. Este dato de niños y jóvenes que piden voluntariamente la clase de religión católica está consolidado: es una cifra global que se está man­teniendo durante varios años y esto es positivo. La Estadística del Se­cretariado Diocesano de Enseñanza que acabamos de publicar también refleja estos datos colegio a colegio, y también, muy interesante, por arci­prestazgos o zonas que componen la Diócesis, en esas etapas educativas y también en Bachillerato.

P. ¿Y concretando a datos más parciales?
R. Pues podemos ver que la cifra más alta la encontramos en Prima­ria, que asiste a la clase de Religión el 90% de los alumnos, seguida de In­fantil, con el 89% y bastante más baja en Secundaria, un 65%. Estos datos abarcan conjuntamente la escuela concertada o católica, y la escuela pública, que no es católica confesio­nalmente hablando, si bien la mayo­ría de sus alumnos opta por la clase de Religión.

En la escuela católica la cifra es más alta que en la pública, aunque la verdad es que tanto en Infantil como en Primaria no hay mucha diferen­cia, porque los datos también son muy altos en la escuela pública.

P. ¿Por qué elegir la clase de Reli­gión? ¿Qué cosas positivas e impor­tantes nos ofrece?
R. Sobre todo, por poner alma en las cosas y en la vida. En España, llevamos ya unas décadas que la en­señanza es muy de procedimientos, muy de técnicas. Eso a veces reduce a la persona a un instrumento para conocer, para saber, para producir y, lógicamente, la persona es mucho más que esto. Entonces, la clase de Religión contribuye también a poner alma en el ser humano, tanto en el sentido cultural como en el sentido interior y religioso.

P. Por eso las familias continúan pidiendo la enseñanza de Religión.
R: Sí. Porque ese alma a la que contribuye la clase de Religión a po­ner en el ser humano ,-alma que po­drá llegar a ser confesional o no-, le va a dar a la persona una clave para saber entender la vida, para saber leer la cultura y para aportar una se­rie de valores a la sociedad. Esto es indispensable, por eso las familias continúan pidiendo la enseñanza de Religión en Albacete y en España.

P. En la Delegación Diocesana de Enseñanza tenéis muchas activida­des.
R. El otro día nos reuníamos un pequeño grupo de profesores que lla­mamos el grupo de pastoral escolar, que tiene sus actividades. Y ahora, en febrero y marzo es cuando hace­mos los encuentros de formación del profesorado, en cada una de las cuatro zonas en las que tenemos re­partida toda la provincia. Van los compañeros, se hace diálogo, debate, y también sale la problemática más concreta que se pueda estar viviendo en cada zona. Y en este Año de la Fe queremos ver también la manera en que el nuevo ardor en la Evangeliza­ción se aplica a la comunidad cristia­na y a la pastoral educativa. Tenemos mucho interés en renovar la voca­ción, la dimensión eclesiológica del educador, a la luz del Año de la Fe.

P. Para el mes de abril tenéis pro­gramadas las jornadas educativas con una novedad importante.
R. Si, y es que queremos que en las jornadas educativas participen chavales, fundamentalmente de Se­cundaria y de Bachiller, tanto de la escuela concertada como de la escue­la pública. Vamos a ver cuestiones que afectan a la fe, a la antropología del alumno, con unos testimonios y debates que va a haber desde el punto de vista de la fe. Esto una vez celebre­mos la Semana Santa, en abril, y con­cluiremos con la jornada diocesana, en mayo.