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24 de marzo de 2019

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El Obispo de Albacete, Mons. Ángel Fernández, ha creado recientemente en la Diócesis la Delegación Diocesana para el Clero y ha nombrado al sacerdote Francisco José Sevilla Calixto delegado diocesano. Con el objetivo de conocer las funciones y prioridades de esta nueva Delegación hemos hablado con Francisco Sevilla.

La nueva delegación del clero, ¿qué funciones tiene? 

Las líneas generales están marcadas en el Decreto de creación de la misma y que viene a ser la atención personal a los sacerdotes y diáconos permanentes, especialmente a los más jóvenes y mayores o enfermos y estando atentos a sus necesidades ma­teriales y espirituales. Todo en nombre del Sr. Obispo.

Y para ello por la organización de actividades que procuren una actuali­zación de la formación humana e inte­lectual (conferencias y charlas), espiri­tual, por medio de retiros y Ejercicios espirituales y fomentando en toda la fraternidad entre los sacerdotes.

¿Cómo has recibido la no­ticia del nombramiento? 

En varias ocasiones el Sr. Obispo me comentaba que quería contar conmigo y yo pensaba que, tras haber sido secretario de D. Ciria­co, pues sería acompañarle en las primeras semanas y ayudarle a ir conociendo la Diócesis, pero cuando me comenta lo de la Delega­ción, pues, con cier­to temor, por­que no es tarea fácil y más si cabe por tratarse también de ir configurando la delegación desde la base al no haber trayectoria como tal en Albacete. Pero también y confiando en el Señor y en su ayuda, consciente de que es una tarea necesaria. Espero estar a la altura y ya me someteré al examen de los compañeros.

¿Por dónde estás empezan­do a caminar en esta delegación? 

Lo primero es configurar un equipo que pueda ayudar en estos inicios y tal y como se indica en el decreto de creación de la Delegación contar con los Delegados de Misio­nes y Pastoral Vocacional. Contar también con aquellos que, por su cargo, pueden tener una responsa­bilidad con sacerdotes como el Di­rector de la Casa Sacerdotal o el Rector del Seminario así como un sacerdote de otra Diócesis que tra­baja aquí en Albacete para tener presente a las incor­poraciones al presbiterio diocesano de sacerdotes de otros países. Y a un diáco­no permanente, pues esta delegación también ha de cuidar de ellos.

Quiero acer­carme también a los arcipres­tazgos y escuchar a todos los sacerdotes para que ellos también indiquen cuales pueden ser las necesidades prioritarias en las que se ha de volcar la delegación. Y, como no, hacer un plan para ir acer­cándome a visitar personalmente a los sacerdotes.

¿Qué podemos hacer los fie­les para apoyar a nuestro clero? 

Lo primero que hice al ser elegi­do delegado es escribir a los sacerdotes una carta de presentación y de dispo­nibilidad para con ellos y junto a esa carta les envié unas estampas con una oración por los sacerdotes para que las repartiesen a todos los fieles. Creo que lo primero, los fieles laicos han de rezar por sus curas. Hoy en día no es una la­bor fácil y los sacerdotes han de contar con la oración y el apoyo de los fieles pues aquellos, están al servicio de estos y juntos, en una labor corresponsable, aunque desde la vocación que cada cual ha recibido, ser portadores de la alegría del Evangelio.