17 de mayo de 2007
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Purificación Iniesta, es misionera en Uruguay. Esta albaceteña nacida en la calle Cornejo lleva cuarenta y tres años en misiones. Ella es salesiana, Hija de María Auxiliadora y después de cinco años trabajando en España pidió ir a misiones. Una vida entregada por amor a Dios y a los hombres. Ella se emociona cuando nos habla de Uruguay.
¿Qué te da la misión para darte y entregar tu vida?
La misión es el motivo de nuestro vivir. Pero no es solamente la misión sino estar arraigada en Cristo. El trabajo de la misión como tal cualquier laico y persona cristiana comprometida lo puede hacer pero si no se tiene una fuerte espiritualidad y un motivo por el cual vivir y entregar la vida, nada. Porque también la misión pasa. Yo cuando llegué al Uruguay tenía veintisiete años, estaba trabajando con jóvenes casi de mi edad y ahora a los sesenta y nueve mi actividad ha variado. Si hubiese ido a misiones sólo por estar con los jóvenes o con los niños, quizás ahora podría decir que ya he cumplido, que ya he realizado mi trabajo. Pero no, la misión es cada día en lo que Dios te va pidiendo y tú puedes hacer.
¿Qué misiones tenéis en Uruguay?
Allí tenemos catorce presencias. Nosotras somos 116 hermanas. Tenemos ocho escuelas primarias, cuatro escuelas secundarias, el único magisterio católico de Uruguay y tres obras sociales. Dentro de estas obras sociales, llevamos la parroquia de San Lorenzo. Una parroquia que llevamos desde hace 12 años al haber muy pocos sacerdotes. Es un trabajo en común con todos los laicos. Tenemos comunidades de base, trabajo social en los barrios,… Las otras dos obras sociales son de inserción. En Rivera tenemos un centro de capacitación para aprender un oficio, carpintería, electricista, pintura, corte, informática,… Y en el barrio de Paisandú es sobre todo trabajo con niños, tenemos apoyo escolar y se les tiene así recogidos de la calle.
¿Cómo es Uruguay?
Es un país muy cálido. Gente muy acogedora y solidaria. Hasta el mapa de Uruguay habla porque tiene la forma de un corazón. Y eso es mucho.
¿Cristo puede llenar el corazón de los jóvenes para que se entreguen como tú hiciste un día?
En estos momentos es muy difícil porque los jóvenes tienen muchísimas opciones. Y lamentablemente muchas veces los jóvenes buscan lo fácil, lo que momentáneamente les satisface. Pero hay muchos jóvenes que tienen raíces y buscan algo nuevo. Tienen sed de Dios. Yo en Uruguay veo mucha gente joven comprometida. Atrás de nosotras hay muchos jóvenes que nos ayudan: los animadores, responsables de los grupos. Esto es una gozada pero el compromiso no es fácil.