27 de octubre de 2008
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El pasado día 4 de octubre hizo su Profesión Solemne como hermana de El Santo Ángel. Comentamos con ella algunos rasgos de su vida y de su vocación…
Mi nombre es Sara García. Soy antigua alumna del Colegio Santo Ángel de Albacete. Comencé en el grupo de fe (Montañeros) con la hermana Aurina. Llega un momento en el que todos nos planteamos qué es lo que queremos hacer con nuestra vida, qué sentido le damos, qué es lo que vamos a estudiar, etc. A la vez, Jesucristo iba llamando a mi puerta cada vez con más fuerza desde el compromiso cristiano del grupo. Empecé a sospechar que el Señor me llamaba, la verdad es que al principio me hacía un poquito la sorda, como si no fuera para mí, pero esto me llevó a un discernimiento vocacional y… aquí estoy.
– ¿Cómo entiendes la Vocación?
– Vocación es llamada, llamada de Dios, llamada a ser una alternativa distinta a todo lo que nos ofrece esta sociedad de ‘bienestar’: consumismo, ofertas de lo fácil, amores rápidos y fugaces… Poco a poco vas descubriendo que hay otras maneras de vivir con sentido, desde Dios, donde los demás tienen cabida y especialmente los últimos… Dios, normalmente, llama así, de una manera sencilla.
– ¿Cuánto tiempo trascurre entre esa primera llamada, desde ese primer momento hasta tomar la decisión de de entrar en el postulantado?
– Me lo empecé a plantear a los 16 años y comencé el postulantado a los 21. Ahora tengo 29.
– Has estado preparándote en el noviciado y después de tus primeros votos, tu juniorado en Sevilla y Huelva ¿Qué has hecho en este tiempo?
– Trabajar con la gente joven, estar con ellos, relacionarme con su mundo, pensar juntos, hablar juntos, rezar juntos. Esta relación y tarea con los jóvenes la vivo a través de la pastoral Juvenil Diocesana de Huelva, a través de los grupos de fe y actividades del colegio, en la parroquia… A través de muchos ámbitos, es una suerte poder compartir la vida con tanta gente extraordinaria.
– ¿Qué mensaje les envías a los jóvenes en estos momentos de tu vida?
– Si tuviera que decirles algo, les diría que esta opción de vida tiene sentido ¡¡mucho!! Es una opción donde puedes descubrir tu propio DON para ponerlo en juego y ayudar y acompañar para que otros desde su opción de vida lo sigan haciendo. Son los regalos que Dios ha puesto en cada uno y esto es lo que nos hace originales. Ojalá nos atrevamos a desarrollarlos y ponerlos en juego para poder así ser luz que «se pone en lo alto para que alumbre a todos…».
Esto de ser cristiano no es fácil en el mundo de hoy, aunque sí apasionante por eso hay que aprender a ver e intentar escuchar en el silencio, en la oración, en los acontecimientos… porque la sociedad a veces nos distrae de lo esencial, de lo importante con el materialismo que encandila y seduce apartándonos en ocasiones de las cosas que merecen la pena. Cuando optamos por los valores y prioridades que Dios nos va susurrando como señales en nuestro camino, nos sentimos las personas más libres y el Reino de Dios crece.
– ¿Qué es lo que más obstaculiza a un joven para no poder escuchar la llamada, o las miles de llamadas que Dios nos ofrece?
– Llevamos un ritmo de vida que, a veces, nos impide pararnos y si nos paramos nos da miedo encontrarnos con el silencio, con nosotros mismos y con el Señor. Los ruidos que se meten dentro de nosotros parece que arrasan con todo lo que llevamos dentro anulándolo. Cuando digo ‘ruido’ me refiero a todo aquello que va diluyendo mi personalidad, todo aquello que me impide el encuentro con Dios, el vivir desde mi verdad, mi autenticidad…en definitiva todo lo que obstaculiza la llamada.