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30 de enero de 2011

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El sábado, día 15, en la parroquia de Santa María de Villarrobledo  recibieron el Rito de Admisión como candidatos al sacerdocio: Fernando Zapaata y José Valtueña; Juan Iniesta recibió el ministerio de acólito. Éstos son los pasos previos al diaconado y sacerdocio.

– Fernando Zapata nació hace treinta y tres años en Villarrobledo.  Pertenece a  la Parroquia de Santa María Madre de Dios. Fernando, ¿cómo has vivido este Rito de admisión a las Sagradas Órdenes?
Ha sido una semana difícil. Para prepararnos interiormente hemos ido recordando nuestra propia historia vocacional, y en mi caso han vuelto imágenes de lo que ahora estoy seguro que fue un encuentro con el Señor. Pero también han aparecido los viejos fantasmas, muchas tentaciones y las temidas dudas. Siempre he tenido un miedo: haber dicho que sí al Señor, en unas circunstancias vitales tan extremas, que la vocación sacerdotal fuera un escape, una huida, un último recurso…Sin embargo, la Iglesia nos regala a través del Seminario personas capaces que nos ayudan en estos momentos, “mi Padre Espiritual”. Y me ha dicho una frase: “TU VOCACIÓN ES TU SALVACIÓN”. ¡Todavía me emociono al pensarlo! ¡Claro! No es un escape. No soy yo el héroe. No soy yo el que da el paso. ES EL SEÑOR. Que al mirarme deseó mi felicidad y me tendió su mano para sacarme del abismo en el que yo sentía que estaba. Quería que yo fuese sacerdote. Y ahí está mi felicidad. Y lo está.

Me cuesta entenderlo y me queda muy grande. Me sobrepasa. Y cuando ves a tanta gente emocionada con el paso que vas a dar, a tanta gente que se te acerca agradecida, a tanta gente que te anima a seguir por este camino, a mi madre y mi familia, a mi parroquia de Santa María que tanto cariño ha mostrado a la diócesis estos días, a “mi cura” Juanmi, ejemplo de sacerdocio y entrega, al seminario de Alicante y de Albacete, a tantas y tantas personas… que no puedes más que dar las gracias de corazón con mucha humildad, porque comprendes que ya no eres tú lo importante. Vuelve a ser el Señor. Gracias.

– Juan Iniesta tiene 29 años y  pertenece a la Parroquia de  Ntra. Sra. del Pilar de Albacete. ¿Qué supuso para ti este nuevo paso?
Para mí la institución como Acólito supone un momento de especial alegría y significatividad en mi camino hacia el sacerdocio, por dos razones: por lo que implica la recepción de este ministerio en sí, que conlleva vivir más intensamente de la Eucaristía y ayudar de algún modo a hacer más presente a Jesucristo en el mundo y entre mis hermanos; y porque, siendo el último rito de este tipo que se realiza en el seminario, me encara con el final de esta etapa y me prepara para la recepción de las Sagradas Órdenes, o sea, que voy viendo cada vez más cercano el momento de ser enviado a su mies.

– José Valtueña Gregorio nació en Albacete en 1975,  y pertenece a la Parroquia de San Juan Bautista de la capital. José, ¿qué se siente al ser admitido oficialmente por la Iglesia para ser sacerdote?
En primer lugar uno descubre su pobreza y limitaciones. Cuando ves a lo que has sido llamado, te das cuenta de lo grande que es el encargo y lo pequeño que eres tú. Pero este Rito de admisión me ha servido para recordar que, si grande es la llamada, y grande debe ser el esfuerzo, mucho mayor es el amor y la misericordia de Cristo que me ha pedido la vida para poder seguir viniendo al Mundo y a los hermanos en la Eucaristía, en la Palabra, en los Sacramentos…

Me preguntas que se siente: Soy muy feliz y estoy disfrutando de una paz que jamás conseguí en mi vida anterior. Mi única preocupación ahora  es hacer de Cristo el centro de mi vida. Sin Cristo no podemos nada.