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8 de octubre de 2017
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Hace unos años, el papa Benedicto XVI lanzaba una llamada a fin de poner en marcha “una coalición mundial a favor de un trabajo decente”. Ello cuajó en la iniciativa “Iglesia unida por el Trabajo Decente”, promovida por un conjunto de organizaciones eclesiales, a las que se ha unido otras muchas organizaciones de la Iglesia, del campo sindical y del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos. La mencionada iniciativa tiene su jornada celebrativa el día 7 de octubre.
Un trabajo indigno degrada a quien lo promueve y es una grave ofensa a la justica y la dignidad de quien lo padece. En cambio, “un empleo digno, dice el documento “Iglesia servidora de los Pobres”, nos permite desarrollar los propios talentos, nos facilita el encuentro con otros y nos aporta autoestima y reconocimiento social”.
Desde estas páginas de La Tribuna de Albacete animo a todos los lectores a reflexionar, orar y actuar en favor de esta causa tan necesitada de esperanza, de justicia, de Evangelio.
+Ciriaco Benavente, ob. de Albacete