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26 de enero de 2013

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Hola a todos y muy feliz año 2013, especialmente a los niños de la Infancia Misionera de Albacete.

Les escribo desde Ecuador, un país que está justo en la mitad del mundo. Mi nombre es Pedro Jesús, soy sacerdote y misionero. Mi familia vive en Barrax. Este mes de enero, el día 23 cumplí diez años acá en este lindo país. Ahorita estoy en Quito, unos barrios del sur de la capital que se llaman “La Argelia”. Los religiosos dehonianos (reparadores) acompañamos una parroquia muy grande donde hay muchos niños como ustedes.

También acá tenemos grupos de Infancia Misionera. Son niños con mucho ánimo que intentan acercarse a la persona de Jesús y vivir su compromiso misionero dentro de sus propios barrios ayudando en las necesidades que hay. Por ejemplo visitando y ayudando junto con sus familias a muchos ancianos que se encuentran abandonados en sus casas.

En nuestros barrios hay muchas familias que han venido de otras partes de Ecuador buscando cómo salir adelante. Así que esta parroquia es una muestra de la gran diversidad que tiene Ecuador. Hemos aprendido lo hermoso que es ser acogedores con personas de otras culturas, igual que ustedes lo están viviendo allá. Cuando compartimos nuestra manera de vivir, nuestra cultura, nuestros cantos, nuestra manera de ser familia con otros niños de otros lugares, crecemos como personas y vivimos nuestro ser como hijos de un Padre bueno que quiere que todos nos sintamos hermanos unos de otros.

Ecuador es un país pequeñito pero bien bonito por sus espacios naturales, la diversidad de culturas que tiene, las montañas, las playas y la gente que es bien acogedora. Acá como allá en Albacete hay mucha necesidad de anunciar a Jesús como Buena Noticia para todos los niños y adultos por eso les animo niños a hacer un compromiso misionero y a no tener miedo de hablar en sus familias, en la escuela y en su entorno de lo bueno que es ser cristiano para que así cada vez más personas se encuentren con Jesús.