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18 de mayo de 2015

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Una parroquia que ha crecido siempre junto a sus vecinos

Han pasado 50 años desde que D. Arturo Tabera y Araoz firmara el decreto de erección de la parroquia de San Pablo un 4 de septiembre de 1964, y que pusiera la primera piedra un 19 marzo de 1965; que D. Guillermo García hiciera el primer bautizo el cuatro de julio de 1965 y que un mes después D. Hermenegildo García fuera nombrado primer párroco de San Pablo.

San Pablo es una parroquia acogedora, de gente humilde y trabajadora. Barrio que se ha hecho a sí mismo y se ayuda mutuamente para salir en conjunto hacia delante. La parroquia nació en el barrio y siempre ha crecido construyendo barrio, como dice el lema de su cincuentenario. Entre los fundadores de la asociación de vecinos estuvo el párroco y las fuerzas vivas de la parroquia. Mención especial merecen los Padres Salesianos, que rigieron la parroquia desde el año 1984 hasta el 2013. Fieles a su carisma, quisieron unir al dinamismo evangelizador del Apóstol San Pablo a la sabia pedagogía que San Juan Bosco empleó con los niños y jóvenes de su tiempo; y que no es otra que la de la acogida, el amor y la cercanía. Otro fecundo fruto de su paso ha sido la devoción a María Auxiliadora. Otro apunte especial de esta parroquia es su apuesta decida desde hace décadas por la catequesis familiar. El Oratorio y Centro Juvenil Fiesta del Árbol que llevan 30 años de historia ha sido motor de educación en múltiples jóvenes de nuestra ciudad.

Entre los objetivos está la inserción en el barrio y sentirse familia

La parroquia celebra su cincuentenario con unos objetivos claros: seguir construyendo barrio, familia. Dar a conocer más la parroquia dentro del barrio. Fortalecer lazos de comunión y solidaridad entre todos. Concienciar el sentimiento de pertenencia a la parroquia. Dar gracias a Dios por los 50 años de existencia de la parroquia y por todos los frutos que a lo largo de este tiempo se han dado.  

Y para festejar esta fecha tan señalada se han organizado cerca de veinticinco actividades entre las que destacan: celebraciones religiosas, obras de teatro, la confección de la página web, concurso de dibujo y tartas, exposición fotográfica, la confección de un libro… Este año además se celebra el bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco por lo que se ha preparado una peregrinación a Turín y norte de Italia del 12 al 17 de julio y que está abierta a todos los diocesanos que se quieran unir.

La celebración central será el domingo 31 de mayo a las 6 de la tarde, donde está prevista una Eucaristía de Acción de Gracias presidida por nuestro obispo D. Ciriaco.

Estar atentos a necesidades concretas e intentar dar respuestas

Uno de los puntos que la parroquia se ha marcado en este cincuentenario es la realización de dos proyectos sociales coordinados por Cáritas San Pablo. El primero es un proyecto de apoyo escolar a niños y jóvenes con dificultades económicas para poder ir a academias o a profesores particulares. Por medio de voluntarios están acompañando en tareas educativas a los niños e intentan motivarles para que puedan sacar su curso adelante. El segundo proyecto es la búsqueda de voluntarios para participar junto a Justicia y Paz en el servicio de lavandería y duchas para inmigrantes.

En San Pablo también se ha propuesto aprovechar este aniversario para embellecer y dignificar su templo parroquial con la puesta de cuatro vidrieras de Pilar Belmonte. Unas vidrieras que ya lucen con luz propia en el templo.

 

El futuro de la parroquia pasa por abrir las puertas

Desde la parroquia no quieren quedarse en el pasado sino mirar al futuro. Un futuro donde el objetivo es tener las puertas abiertas. Abiertas para que el escándalo de seguir al Crucificado se pueda observar desde la calle, para quien quiera interrogarse por la profundidad pase y busque. El futuro pasa por salir a la plaza del Pelibayo y a las demás calles y transmitir la alegría. Por hacernos presente en el barrio. Recuperar nuestro sitio en la sociedad y proponer una oferta de felicidad. El futuro de la parroquia pasa por su propia gente. Gente que no se queda en la añoranza del pasado sino que mira en la profundidad del futuro en el que siempre está Dios.

La acogida del Reino pasa por hacer realidad su construcción, estar cerca de las familias necesitadas, salir hacia las pobrezas de nuestra época y buscar soluciones creativas que luchen contra la injusticia. En esta familia no cabe el descarte de ancianos, jóvenes y niños, sino que se apuesta por ellos y se denuncia su olvido por esta modernidad licuada.

El futuro pasa por los niños y jóvenes, su gran pobreza es no conocer los valores propuestos por las bienaventuranzas. No conocer la persona de Jesús. No quedarse de brazos cruzados sin dejar de comunicar lo bueno que es el Dios de Jesús. El futuro no pasa por la diversión y el ocio sin profundidad ni fundamento. Se trata de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos como decía Don Bosco.