17 de junio de 2018
|
133
Visitas: 133
Agrada llegar a una iglesia parroquial o santuario y encontrarte con unas salas llenas de obras de arte, que, con un orden didáctico, cronológico, artístico o temático establecido, muestran objetos y obras de arte fruto de su devenir en el tiempo. Son los museos parroquiales, colecciones museográficas o sacristías decoradas, o como se les quiera llamar. En definitiva, son el esfuerzo y la ilusión de una persona o de un equipo de personas que, en un momento determinado, con pocos medios a su alcance, intentaron o intentan poner orden en un conjunto de obras y piezas artístico -litúrgicas que gracias al cuidado de otras anteriores la iglesia conserva y cuida hasta hoy.
El contenido de nuestros museos es variado, en ellos podemos encontrar de todo, desde lo propiamente litúrgico y artístico, esculturas, pinturas, orfebrerías ornamentos y textiles, hasta lo arqueológico y etnográfico, pasando por lo bibliográfico y archivístico. En todos, en cada uno de ellos, podemos encontrar algo significativo y que nos llame la atención. ¡Seguro!
En pinturasobresalen los museos de El Bonillo con el “Cristo abrazado a la cruz” del Greco y “El Milagro del Cristo” de Vicente López; Chinchilla con el “Noli me tangere” del maestro de Chinchilla o “la Natividad “ del Maestro de Albacete; y la amplia colección de pintura en Balazote. Y como no mencionar las tablas del maestro de Albacete que muestra la parroquia de San Juan Bautista – Catedral de Albacete en el retablo de la Virgen de los Llanos, las pinturas de Pedro Orrente en la Asunción de Yeste o la Epifanía de Lucas Jordán en El Salvador de La Roda.
En escultura sobresale el de Alcaraz con el conjunto de escultura renacentista como el “El llanto sobre Cristo muerto” y “La Piedad” de autores desconocidos; y en la barroca destaca el “San Pedro Apóstol” del taller de Salcillo o el “San Joaquín” de Roque López; Peñas de San Pedro destaca con la escultura barroca de Salcillo y Roque López, fundamentalmente, sin olvidar la bella escultura gótica en alabastro de “la Virgen de la Esperanza”, originaria de la antigua Iglesia del castillo. En La Roda nos encontramos con una tabla tallada y policromada con los Jinetes del Apocalipsis, siglo XVI anónima, atribuida al círculo de Berruguete.
En orfebrería destaca Chinchilla con piezas como el Cáliz del beneficiado Juan Ángel Coronel y el Compón de H. Morales del sigo XVI o la cruz de cristal de roca llamada de los Reyes Católicos; y Liétor con piezas como la custodia del orfebre toledano Juan Ramírez. Otras muchas piezas se guardan en sacristías por estar actualmente el uso, como lo es la Custodia de Corpus del orfebre murciano Bernardo Muñoz de finales del s. XVI de la parroquia de San Juan Bautista de Albacete, o el llamado Cerro del Potosí que sostiene a la imagen de la Virgen de la Caridad en su santuario de Villarrobledo, entre otras muchas.
En ornamentos y textiles vuelve a sobresalir Chinchilla con un importante conjunto de ternos entre los que destaca el carmesí del maestro bordador murciano Lorenzo Suarez de finales del XVI y principios del XVII. Otras muchas piezas sueltas encontramos en otras iglesias, como lo es la capa pluvial roja de Alpera obra de Josef Morelos del s. XVIII. Y los conjuntos de mantos de la Virgen de Gracia en Caudete o los sudarios del Cristo del Sahúco en Peñas de san Pedro.
En arqueología Liétor nos ha ofrecido piezas árabes entre las que destaca el “Ajuar de los Infiernos” (hoy en el museo de Albacete), y en Peñas de San Pedro restos de la antigua Iglesia del Castillo.
En lo bibliográfico el museo de la parroquial de Peñas nos ofrece un espacio digno de reseñar, su biblioteca parroquial, con sus muebles y sus fondos bibliográficos.
Estos museos han ido surgiendo dependiendo de la necesidad de cuidar el patrimonio que se conserva, la de darlo a conocer con un cierto criterio, y los espacios disponibles en cada lugar para ello, así como las ayudas económicas que pudieron encontrar en su momento. Pasamos de disponer de varias salas, como en Liétor, Peñas de san Pedro, o Alcaraz, o de un solo espacio como sucede en Chinchilla, antigua sacristía, Santuario del Rosario de Hellín o La Roda. Las amplias sacristías de antaño, fundamentalmente dan hoy cobijo a estos desarrollos museísticos. Único en nuestra diócesis es el caso de construir un nuevo edificio y pensar ya un espacio para el museo como sucedió en Balazote.
Los Museos en la Iglesia están íntimamente unidos a la vida parroquial y eclesial, ya que son un lugar donde los fondos existentes documentan el camino de fe que ha recorrido la Iglesia en los ámbitos del culto, la catequesis, la caridad y la cultura. En el momento actual, los Museos de la Iglesia prestan un importante servicio a su misión evangelizadora, a la difusión del humanismo cristiano y al enriquecimiento cultural de la sociedad. Pero no dejan de ser un problema para su mantenimiento, limpieza, apertura y publicaciones, por la falta de subvenciones para ello, y la precaria economía de las propias parroquias o santuarios, frente a una legislación que cada día es más exigente al respecto.