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23 de febrero de 2019

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Nico Montero es un creyente empeñado en dar razón de su fe y su esperanza. Lo hace a través de la música. Comenzó cuando tenía trece años. Ahora acaba de publicar su undécimo trabajo y no para de ofrecer conciertos por toda España y el extranjero. 

Nico, ¿Cómo definirías tu música? 
Música sincera, sin trampa ni cartón, que mezcla los registros de la canción de autor, el pop y el rock. Dependiendo de los temas, de los destinatarios, de los estados de ánimo, de los mensajes a comunicar…, vamos pariendo canciones diversas y con diferentes sabores, pero con un elemento común: crear atmósferas llenas de optimismo y sinceridad.

¿Cómo han sido estos 29 años que ahora estás celebrando como compositor y cantante? 
Han sido maravillosos. Me han permitido conocer gran cantidad de ambientes, gentes muy comprometidas con la transformación de la realidad, gentes diversas, de diferentes latitudes teológicas y planteamientos pastorales, pero unidos en lo troncal: en el Dios de la Vida y en la lucha por la justicia.

¿Con qué te quedas?
Me quedo con las miradas de tantas gentes grabadas en mi retina, en tantos conciertos… Sentir una conexión tan honda y vital con tantos hermanos, me ha llenado y animado a seguir prestando este servicio hilado en miles de kilómetros.

¿De dónde sientes que recibes la inspiración para escribir tus canciones? 
Del Dios de la Vida que me habla en los acontecimientos de cada día. En estos momentos, muchos flashes me inspiran: La crisis actual que está siendo tan dañina para tanta gente joven que no encuentra la oportunidad de realizarse con un trabajo digno; la Palabra de Dios que nos anima a mantenernos firmes en la Fe, a pesar de las dificultades, y mi amor a Jesús de Nazaret con la certeza de que su proyecto es la clave para un mundo justo y en paz…

¿Cuál es el mensaje que quieres trasladar a través de tu música? 
Quiero animar la fe, remover las conciencias, desmontar los esquemas, enternecer, conmover, ilusionar, sostener, enamorar… Aportar mi granito de arena para que el Evangelio sea buena noticia para todos y que nadie quede al margen.

¿Hay alguna canción que siempre incluyas en tus conciertos? 
“El Señor es mi pastor”. Un concierto, aunque es una oración constante, siempre debe tener un momento de oración profundo por los que sufren, por los que padecen males y viven situaciones dolorosas. Este salmo es siempre en mis conciertos ese momento especial.

Optas por la gratuidad a la hora de hacer llegar tus canciones, ¿por qué esa opción? Cuéntanos un poco esa experiencia. 
Desde mis inicios, mis conciertos, mi música tienen la calidad de “gratis”; es decir, que no cobramos por los conciertos y que nuestra música se regala gratis íntegramente en internet en mi web: www.nicomontero.com. Es una forma de hacer entender que no tenemos más pretensión que el mensaje, que lo que hacemos lo hacemos desde una convicción profunda en la que el dinero no tiene cabida porque, generalmente, el dinero estropea las cosas, especialmente las que se hacen desde el amor. Aun así, aun teniendo todo gratis en internet, la gente compra los CDs y, sin tener caché, la gente nos da ofrendas solidarias en los conciertos y sostienen y permiten que sigamos sacando trabajos… De manera que, al final, la generosidad genera generosidad.

¿Te resulta fácil conectar con los jóvenes?
Sí, aún sí; y, cuando ya no conecte, malo. Estar en contacto cada día con cientos de jóvenes, en mi Instituto (donde soy profesor de filosofía y director), me ayuda a reciclarme, a reinventarme, a renovarme y hacerme joven cada año. Pero hay que acercarse y empaparse del universo juvenil… Eso requiere abrir la mente y los ojos mucho.

¿La música tiene un plus como herramienta de evangelización para jóvenes? 
Totalmente; es un vehículo magistral. Conecta con las razones, los sentidos, las emociones…, y es capaz de empapar en tres minutos lo que algunas catequesis hacen en horas.

¿Cómo ves la relación actual entre jóvenes e Iglesia?
Para los jóvenes que se mueven en las diferentes plataformas de la pastoral de Iglesia, la cosa va bien y el protagonismo de los jóvenes en la Iglesia crece. La JMJ ha sido un encuentro donde incrementar entusiasmo y dimensión de gran familia, sin complejos. Pero los jóvenes que están lejos de la iglesia, que son muchos, son nuestro terreno de misión más emocionante y complicado. Para ello, la Iglesia debe hacer esfuerzos de cercanía y no atrincherarse, y promover una pastoral que trate de ofertar a Jesús de Nazaret como proyecto de felicidad capaz de responder a las necesidades del hombre de hoy.

Vuelves a Albacete, ¿qué te parecen este tipo de iniciativas? 
Gracias a la Delegación de Pastoral Juvenil tengo la fortuna de volver a esta bendita tierra. Esta Delegación está haciendo grandes esfuerzos para que la música católica contemporánea esté presente en la Nueva Evangelización y eso es admirable. Es muy necesario potenciar un espacio de reflexión y oración a tumba abierta, al calor de la fe, con el concurso de la vida y la realidad que nos interpela. Es necesario parar, de vez en cuando, para reflexionar juntos, rezar juntos, tomar el pulso a la realidad y retomar el sendero con ideas y esperanzas renovadas.

Conciertos

  • Domingo 24 a las 20:30 h. en la Parroquia del Espíritu Santo
  • Lunes 25 a las 11:30 h. en el Teatro de la Paz, junto con su banda.