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17 de noviembre de 2018

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Las campanas tocaban a fiesta. Albacete tiene un nuevo Obispo. El sexto en el orden de sucesión. La Catedral engalanada con miles de fieles que la abarrotaban. Sentadas más de mil personas entre ellos el nuncio de Su Santidad, Renzo Fratini, treinta y cuatro cardenales y obispos, más de doscientos sacerdotes y diáconos, decenas de seminaristas, numerosísimas autoridades regionales, provinciales y locales y cientos de fieles. Numerosos autobuses venidos de diferentes lugares de la provincia para arropar el nuevo Obispo y darle una cariñosa acogida. El Auditorio Municipal ha sido habilitado para poder seguir la celebración a través de la retransmisión televisiva y así poder dar cabida a todos los fieles que no querían perderse este acontecimiento para la joven diócesis albaceteña creada en 1949.

Puntual a la cita llegaba media hora antes del inicio de la celebración monseñor Ángel Fernández acompañado del Nuncio Apostólico, del Administrador Apostólico y del Arzobispo Primado a la puerta de la Catedral donde ha sido recibido por el Cabildo. Ha sido aquí donde el Nuncio, en el zaguán de la entrada lo presentaba con estas palabras: «Os presento al que desde ahora presidirá vuestras celebraciones en esta Iglesia Catedral como Obispo de esta Iglesia de Albacete: el Excmo. y Rvdmo. Mons. Ángel Fernández Collado». Después Mons. Ángel Fernández y sus acompañantes visitaban la capilla del Santísimo Sacramento y oraban unos instantes. A continuación, ha subido al camarín de la Virgen de los Llanos para venerar la Sagrada Imagen.

La celebración comenzaba con las palabras de monseñor Ciriaco Benavente, que ya es Obispo Emérito de Albacete, presentando la Diócesis al nuevo Obispo con una breve alocución. D. Ciriaco ha tenido bellas palabras para una Diócesis donde se dice que «se viene llorando» pero también «se marcha uno llorando». Palabras de bienvenida para el nuevo pastor porque «Albacete le acoge con el corazón y los brazos abiertos», destacando que «va a encontrar miles de cristianos laicos que se sienten Iglesia, que aman a la Iglesia, que se sienten corresponsable de su presente y su futuro» ha proclamado D. Ciriaco.

Después intervino el Nuncio, que transmitía en nombre del papa Francisco a monseñor Benavente un sentido agradecimiento y expresaba al nuevo Obispo de Albacete, Mons. Collado la confianza de Dios en la nueva tarea encomendada. El Nuncio pedía que se mostraran las Letras Apostólicas, el documento por el que el papa Francisco nombra a Mons. Ángel Fernández Collado Obispo de la Diócesis de Albacete. El Canciller-Secretario General del Obispado, Rvdo. Antonio Abellán, mostró al Colegio de Consultores las Letras Apostólicas, leyéndolas para conocimiento del Pueblo de Dios.

Y llegaba el momento más significativo de la ceremonia. El Nuncio invitaba a D. Ángel Fernández a sentarse en la cátedra de la Catedral, lugar litúrgico que solo puede ocupar el Obispo de cada Diócesis. Y le entregaba el báculo, símbolo de la sucesión apostólica y la continuidad pastoral. El sonido de las campanas anunciaban a la Diócesis la toma de posesión y con la alegría de tener un nuevo Pastor en nuestra Diócesis, una representación del Pueblo de Dios se acercó a Mons. Fernández, ya Obispo de Albacete, para mostrarle su obediencia y afecto como Obispo de la Iglesia en Albacete. En concreto, fueron el Colegio de Consultores; el Presidente del Cabildo; dos representantes de la Vida Consagrada; una familia; dos jóvenes y dos seminaristas. Después, siguió la misa como de costumbre.

En su homilía, el Obispo de Albacete, D. Ángel Fernández, tras los saludos a todos los presentes, comenzaba situándose «a los pies de la Santísima Virgen María, nuestra Madre del cielo, pidiéndole su protección y auxilio permanentes». Y añadiendo «como vuestro Pastor, yo iré delante de vosotros con mi palabra, mi gobierno, mi oración, mi afecto paternal y cuidado pastoral». Y hacía suyo, en sus primeras palabras, el proyecto de la Misión Diocesana.

En varias ocasiones se ha mostrado muy próximo a los sacerdotes. A ellos les ha dicho que quiere «conoceros a cada uno, personalmente, escucharos y caminar a vuestro lado, evangelizar juntos y remar en el mismo sentido. Quiero hacerme presente en vuestras vidas, actividades y parroquias» y a los miembros de la Vida Consagrada «siempre os tendré presentes en mi oración y os ayudaré en todo lo que me sea posible».

A los laicos les ha pedido que sean corresponsables en la misión de la Iglesia «como piedras vivas a los ojos del mundo, discípulos, apóstoles y misioneros».

Además, ha puesto como referente a la familia «que seáis, para mí y para nuestra Diócesis modelos de fidelidad, amor, donación mutua, paciencia, comprensión, respeto, gratuidad, apostolado».

También ha querido tener un recuerdo muy entrañable a los enfermos, impedidos, ancianos y discapacitados. «No estáis solos pues estáis muy presentes en el mismo corazón de Dios y nosotros deberíamos estar muy cerca de vosotros» ha dicho Mons. Fernández Collado.

Muy presente ha tenido a los alejados, aquellos a los que «hay que abrir las puertas hacia fuera e ir hacia ellos, hay que invitarles a entrar en nuestro hogar, en nuestro corazón, a ayudarles eficazmente en lo humano y en lo espiritual, hay que sentirles como hermanos y volcarnos con ellos».

Preocupado por la falta de vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y al matrimonio, D. Ángel ha pedido la ayuda de todos para «potenciar la pastoral vocacional entre los jóvenes, niños y adolescentes». Y ha desvelado que sueña desde el día que conoció la designación Papal para la Sede de Albacete con «establecer de nuevo en el territorio de la diócesis el Seminario Menor y Mayor».

La homilía del nuevo Obispo de Albacete ha terminado depositando su ilusión y su esperanza en los jóvenes a los que ha pedido que «ser el motor y la fuerza evangelizadora en todos los ámbitos y realidades pastorales de la Diócesis».

Al concluir la celebración el nuevo Obispo de Albacete recibía las felicitaciones de numerosas autoridades del ámbito público y, sobre todo, de los fieles cristianos que han participado en la Eucaristía donde el coro de la parroquia de Ntra. Sra. de Fátima de Albacete ha contribuido con sus intervenciones a dar belleza y solemnidad a la celebración en este día grande para todo Albacete.

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