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5 de abril de 2010

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En todas mis cruces he descubierto…

Carlota Ruiz participará en la Jornada Educativa el próximo sábado, día 10, en la Antigua Fábrica de Harinas, con ella hablamos.

– Por favor, preséntate tú misma.
– Me llamo Carlota Ruiz de Dulanto, nací en la década de los 60 en una familia maravillosa. La enseñanza primaria la hice parte en París, donde estaba destinado mi padre, y la secundaria en Madrid, en el colegio Montealto. Estudié la carrera de Derecho en la Autónoma de Madrid.

– ¿Qué cambió tu vida Carlota?
– A los 25 años sufrí un accidente grave, estaba trabajando en Michigan (EEUU) y durante un tornado me cayó un árbol en la espalda y me rompió la columna vertebral a nivel de las lumbares. En cuestión de segundos pasé de ser una bailona, esquiadora y deportista a sentarme en una silla de ruedas para toda la vida. Luego he conseguido desplazarme también con muletas pero en aquel momento, en la sala de urgencias del hospital, el pronóstico fue taxativo: «You will never walk again» (nunca volverás a andar).

– ¿Pudiste ejercer tu carrera tras tu accidente?
– Sí, trabajo en un departamento de IBM de operaciones financieras de la región sur de Europa.

– Sé que formaste una familia. Pero un nuevo golpe sacudió tu vida…
– Sí, mi marido, Javier murió repentinamente de un ataque al corazón, cinco años después de nacer nuestra pequeña. Siempre he tenido su apoyo, pero ahora sigue ayudándonos con mimo desde el cielo.

Una vez más el Señor me sostuvo con fuerza y no me sentí sola en ningún momento. Y sobre todo porque Dios y solo Él es quien provee. Él se encarga de solucionarlo todo, Él lo hace todo yo no hago nada. Dios nos ha regalado tres hijas: Mencía, Mariana y Paloma. Estas tres princesas, ante los aspavientos de mi respuesta, muy a menudo me hacen esta pregunta: “Mamá cuando te encuentres con Dios ¿qué le vas a decir?” ¡¡¡Me lanzaré en sus brazos y me lo comeré a besos!!!

– Tú sabes que muchas personas cuando les da palos la vida, se vuelven contra Dios y abandonan su fe. ¿Has tenido la misma tentación?
– Cuando miro para atrás y veo mi vida, siento con qué delicadeza ha ido Dios guiándome… Nada de lo que me ha ocurrido ha sido por casualidad, su mirada amorosa estaba junto a mí, especialmente en los momentos más duros, que os aseguro los he tenido, quizá en esos momentos de pánico, dolor y desconcierto no lo notaba, pero sí sentía una algo firme que me decía: «Carlota confía… confía …confía…».

– La experiencia más dura de tu vida, ¿fue tu accidente en plena juventud?
– No; tengo otra experiencia que os puedo contar, una historia muy bonita que me hizo caer rendida de fe a los pies de la Virgen María. Fue la recuperación de mi hija pequeña al nacer, desahuciada por los médicos.

– Carlota, hoy terminamos las celebraciones de la Semana Santa; ¿crees realmente que la pasión es el camino para descubrir el misterio de la Resurrección?
– En todas mis cruces he descubierto el misterio de la Cruz Gloriosa. Él está detrás, liberándonos y abriéndonos con ella la puerta del cielo. Él nos ha traído a este mundo y no nos deja solos, está ahí siempre, respetando nuestra libertad y susurrándonos al oído: «te quiero con locura, tanto que he dado mi vida por ti, y te creé porque te quiero y quiero que seas feliz conmigo eternamente».