16 de mayo de 2008
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Elegir la enseñanza de la religión en la escuela no es sólo saber cosas de Dios o datos de Jesucristo. Es, sobre todo, saber y comprobar que Él vive, Él habla, Él nos ayuda, Él nos invita a seguirlo. Así, podemos elegir libremente una manera de ser y vivir como Él.
Todos buscamos el bien y la verdad. Pero a veces es difícil escoger lo que es bueno frente a lo que es malo. Los cristianos reconocemos que es bueno lo que nos acerca a Dios y a los demás. Es malo lo que nos aleja de Dios y de los demás. El camino del bien, que nos lleva hacia Dios, es también el camino de la felicidad. Cuando elegimos el bien somos libres y obtenemos la mayor dignidad. El ser humano es más libre cuanto más es capaz de elegir el bien. Para un cristiano esa libertad lo hace semejante a Dios y heredero suyo.
La formación moral pretende orientar y fortalecer la voluntad en orden al bien y la verdad. Por ello, ordena y estimula nuestra relación con los demás, para que sea el perdón y el amor lo que prevalezca y no el odio o la venganza.