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27 de abril de 2009

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El pasado sábado, 25 de abril, tuvo lugar el Encuentro Diocesano de Jóvenes, cuyo lema fue: “En ruta con San Pablo”.

Comenzó a las diez de la mañana, con la llegada a Alcaraz de cerca de 500 jóvenes provenientes de toda la diócesis. Fue en el polideportivo de la ciudad donde se nos acogió y donde tuvo lugar la presentación del Encuentro: el Obispo nos dedicó unas palabras de bienvenida, así como también lo hizo Francisco Callejas, Delegado de Juventud. Tras presentar a las distintas parroquias asistentes al Encuentro y rezar juntos, empezamos, presidida por nuestro obispo, la marcha cuya meta era el Santuario de Cortes.

A lo largo de la misma realizamos una serie de paradas en las que reflexionamos sobre la vida de San Pablo, (se escenificó su encuentro con Cristo en el camino de Damasco y el cambio que dio su vida a raíz de él); sus cartas, donde profundizamos en el amor, la libertad y la alegría.
La última reflexión tuvo lugar ya en el Santuario, y en ella tratamos de manera plástica el hecho de que en la Iglesia, Cuerpo de Cristo, cada cristiano es un miembro, con su lugar y su función. Así, se resaltó la importancia de la vida en comunidad como tronco, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística como brazos, Cáritas y la catequesis como piernas y los sacerdotes como cabeza.

Después se nos dio tiempo libre para comer, hasta las cuatro de la tarde, hora en que comenzamos la preparación de la Eucaristía.

Durante la Homilía el Obispo nos habló de San Pablo y su conversión y nos dirigió unas palabras de aliento, de ánimo.
Nos instó a dar testimonio en esta sociedad regida por el consumismo, el individualismo y el materialismo. A ir en contra de esta cultura que nos guía hacia un camino de ateísmo, anticlericalismo y, finalmente, autodestrucción.
Nos animó a que seamos jóvenes cristianos fieles al Evangelio, defensores de la vida, demos testimonio de la Verdad y fortalezcamos nuestra fe con la vida en comunidad y la Eucaristía.
Pidió el Obispo también por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, pues la diócesis necesita jóvenes generosos que respondan con un sí a la llamada del Señor.
Finalmente nos mostraba su deseo de que tengamos un corazón que arda, un corazón que dé.

En definida una gran jornada de convivencia y alegría con todos los jóvenes de la diócesis y prueba de ello son éstas instantáneas del día.

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