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29 de marzo de 2007

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]D[/fusion_dropcap]urante estos días previos a la Semana Santa un grupo de jóvenes de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza de Peñas de San Pedro están representando por diferentes poblaciones la obra de “La Pasión”.

Han visitado ya Santa Ana, Tinajeros, San José de Albacete, San Blas de Villarrobledo, Peñas de San Pedro y Nava de Arriba. Por último el Domingo de Resurrección será en el Centro Socio-Cultural de El Pozuelo a las cinco y media de la tarde.

El grupo lo forman cuarenta y siete actores de edades comprendidas entre los siete y cincuenta años, siendo la gran mayoría chavales estudiantes de instituto y universitarios. Este es el segundo año que llevan representando La Pasión y lo hacen bien, muy aceptable, decente y respetando en todo momento los pasajes evangélicos.

Son jóvenes, no profesionales que se han juntado los sábados después de Navidad en la parroquia para, como nos dice Mario Navarro que se erige en portavoz del grupo y que en la representación hace de discípulo Pedro, “transmitir que aun somos muchos los jóvenes que tenemos ideales y valores cristianos y que frente a los ataques e ignorancias de parte de la sociedad seguimos queriendo compartir el tesoro del Evangelio”.

Mario Navarro, es catequista joven universitario que este año ha comenzado la carrera de Derecho. Él nos indica que una persona que va a ver la representación lo que se va a “encontrar son los acontecimientos de la pasión y muerte de Jesús desde la entrada de Jerusalén hasta la Resurrección. Podrá escuchar y contemplar el nuevo mensaje del amor fraterno, de entregar la vida por el otro, el de la Vida eterna, el de un Cristo Vivo que sigue vivo entre nosotros”.

Los que trabajan con jóvenes saben que es difícil y más cuando se trata de un grupo tan numeroso y tan dispar. Pedro Sánchez es el encargado de poner todo lo ensayado en escena, luces, vestuario, que todo esté listo y dispuesto. Los jóvenes no se quedan atrás, todos colaboran. Un trabajo enorme y más cuando las representaciones son a una hora temprana. Pero el resultado es positivo, óptimo. Las personas que vienen a disfrutar de la obra salen contentas, encantadas, fortalecidas. No faltan los que se emocionan, los que se meten dentro de la escena y sufren con Jesús, lloran con Él y se alegran de la Resurrección de entre los muertos.

Todos los jóvenes hacen un gran papel. Leopoldo Molina, catequista de la parroquia y que prepara oposiciones, encarna a Jesús de Nazareth y es el que lleva el peso de la obra en la hora y algo que dura la representación. Ha sido un trabajo duro “pero ha merecido la pena. Lo más importante para mí es que la gente sepa valorar el esfuerzo que hacemos todos los del grupo ya que cada uno lleva una vida muy distinta y nos juntamos dejando algo de nuestro tiempo libre para llevar una Buena Noticia”, comenta Leopoldo.

La obra es representada, el mensaje está lanzado. Ahora falta interiorizarlo, hacerlo vida. Para los jóvenes “ha supuesto una entrega mayor en la parroquia, un compromiso más responsable, una mayor renovación e impulso en nuestra participación en la eucaristía dominical. Nos motiva a seguir que la gente nos diga que les ha servido, que les ha llegado”, afirma Mario Navarro.

El cura párroco de Peñas está contento, se le nota en la cara, aunque los jóvenes digan “que les ha hecho sudar de lo lindo y que más de una vez los ha puesto “firmes” para que todo saliera digno”. Él les anima a seguir siempre creciendo y caminando. Sólo con ver la ilusión, la alegría y el cariño con que lo están haciendo, el esfuerzo ha merecido la pena. El grupo parroquial juvenil ha aprobado con nota.

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