20 de mayo de 2018
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Con el lema “Discípulos misioneros de Cristo, Iglesia en el mundo”, se celebra en la solemnidad de Pentecostés, el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. La Comisión Episcopal de Apostolado Seglar recuerda que “el laicado juega un papel fundamental para esta nueva etapa de la evangelización”, como señalan en su escrito los Obispos de esta Comisión. En referencia al lema de este año, los Obispos precisan que “ser discípulos misioneros de Cristo consiste en estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos, especialmente de los pobres y los excluidos y convertirnos para ellos en oasis de misericordia, luchando por un mundo más justo y solidario”. También significa, continúan, “encarnar la vocación al Amor a la que estamos llamados, especialmente en lo cotidiano (familia, trabajo, ocio, etc.), sabiendo acoger y aprender de todos”.
Estos discípulos misioneros los tenemos en cada rincón de nuestra diócesis. Es el caso de Rafael Marínque está en las cofradías de Hellín. Él cada año se ha preguntado en este día, sentado en el banco de la iglesia, “¿verdaderamente soy un laico, realmente este es mi día?”. Y su respuesta ha sido estar cerca de los colectivos de piedad popular: “al servicio de este carisma, a cofradías y cofrades donde les reconozco don del Espíritu Santo”. Rafael nació al lado de una parroquia en la que le bautizaron, y desde que tiene recuerdos, siempre ha estado haciendo lo que le requerían para la parroquia o para colectivos eclesiales.
El Secretario de la Delegación de Apostolado Seglar en Albacete es Emilio Flores. Su compromiso como laico es colaborar en lo que se le pide. Se ha ofrecido y “no he tenido que buscar tareas, pues si quieres colaborar en la iglesia, siempre se te propondrán compromisos para elegir. Pienso que todo cristiano que busque colaborar lo tiene fácil acercándose a su párroco, movimiento o asociación… Hay mucha mies y pocos obreros. Hoy mi puesto en la Delegación de Apostolado seglar me enriquece y me está descubriendo a muchas personas, asociaciones y movimientos a los que les voy poniendo caras y compartiendo experiencias de vida con ellas”.
Caridad Navarroestá comprometida en múltiples actividades. Entre esas numerosas actividades está la de relanzar la Acción Católica en nuestra diócesis. Su compromiso con la Iglesia “surge, en mi juventud, después de un encuentro personal con Jesucristo. Esta vocación laical consiste en buscar el Reino de Dios ocupándome de las realidades temporales: familia, amistad, enfermedad, catequesis, liturgia, nuevas tecnologías, fe-cultura, formación de adultos… etc. Es un compromiso que está lleno de victorias y derrotas; pero sigo, incondicionalmente, a Jesús Resucitado. Mi sueño es ver el Reino de Dios en plenitud y el triunfo del In- maculado Corazón de María”.
Elías Federico Sánchezestá en el coro diocesano desde sus inicios. Es joven, padre de familia, con dos hijos, y es profesor en el Santo Ángel. Para Elías, “el servicio en la liturgia nos hace disfrutar dando lo que tenemos. En mi caso, la música en todos sus aspectos (coro, animación juvenil, oración…) ha formado parte de mi vida y me ha hecho crecer como persona. La idea es sencilla: poner los talentos que Dios te da al servicio de la comunidad para crecer juntos”.
Muchos de los discípulos misioneros han crecido en una familia cristiana o han tenido el ejemplo desde niños de alguien que ha marcado sus vidas. Es el caso de Dolores Fuentes, que ha estado muy presente en el campo asociativo de su barrio. Para ella, “desde muy niña mis primeros recuerdos son de amor a Dios y a la Iglesia a través de mi madre. Poco a poco, he ido encontrando personas que me han ayudado a crecer y amar más y más a la Iglesia. Me siento miembro de la Iglesia Universal, Diocesana y, cómo no, de mi Iglesia Parroquial. La siento como casa que acoge para vivir la Fe en Comunidad y crecer en mi vida espiritual y compartir el sentido de pertenencia a la Iglesia de Jesús. Me gustaría que no hubiese errores y fracasos pero, entonces, no sería una Iglesia formada por hombres y mujeres sencillos y limitados cómo quiso Jesús. Ojalá y mi presencia y colaboración en la Iglesia sirva para contagiar a quienes se acercan y están a nuestro lado del gran regalo que nos dejó Jesús: «La Iglesia».
Hoy es día de fiesta. Día de sentirnos Iglesia. Como dicen los Obispos, en su mensaje de hoy, “el discípulo misionero de Cristo es, en definitiva, aquel que no se deja robar la alegría y la es peranza porque ha puesto su confianza plena en el Señor, que es fuente y origen de toda alegría. Esta llamada a ser discípulos misioneros de Cristo, Iglesia en el mundo, es para cada uno, personalmente, y, también, como miembros de Acción Católica, de las Delegaciones de Apostolado Seglar, de las Asociaciones y Movimientos de fieles laicos. Damos gracias al Espíritu Santo por la variedad de carismas laicales con que ha enriquecido a su Iglesia y pedimos que todos sirvan para el bien común, para la edificación de la propia Iglesia”.