3 de octubre de 2010
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Del 8 al 11 de octubre se va a realizar en nuestra Diócesis, el primer Cursillo de Cristiandad de esta era para la nueva Evangelización.
Junto con nuestro Obispo Don Ciriaco, estará en la apertura María Dolores Negrillo Martínez, Presidenta del Secretariado Nacional de Cursillos de Cristiandad de España. Nacida en Madrid, Mari Loli nos cuenta que tiene raíces de Albacete; su padre era de Ontur, y por propia experiencia, nos habla de la importancia de estos cursillos que ofrecen a muchas personas tener un primer encuentro con Dios… y de descubrir lo amadas que son por Él.
– Mari Loli, ¿Tienen actualidad los cursillos de cristiandad?
– No sólo tienen actualidad sino que además hoy en día son más vigentes que nunca. Es verdad que nacieron hace ya más de 60 años, pero en esta sociedad que carece muchas veces de lo más esencial en cuanto a conocimiento creyente, que hay tanta información y a la vez tanta desinformación, tener una experiencia en un cursillo sigue siendo válido y casi, casi… necesario.
– Nos lo dices por propia experiencia, porque no eras creyente hace un tiempo y el cursillo te hizo cambiar hasta ser ahora Presidenta del Secretariado Nacional de Cursillos de Cristiandad.
– Hace 22 años que hice el cursillo de cristiandad; tenía entonces 25 años. Nací en una familia creyente… a su manera: me bautizaron, hice la Primera Comunión, me casé, pero sin embargo, en mi casa no se hablaba de Dios. La vida nos va vapuleando y nos va llevando de un lado para otro; yo digo que la vida es una Universidad: Te va enseñando el dolor, el sufrimiento, la alegría… y te planteas qué sentido tiene la propia vida de uno. Alguien que me quería, que estaba a mi lado, me ofreció la posibilidad de meter a Dios en mi vida, y me animó a ir al cursillo. Mi reacción fue inmediata: Yo eso no lo necesito, contesté.
Pero seguía en mi soledad, en mis preocupaciones, y me seguían invitando: Vete a un cursillo, vete a un cursillo, ya verás que te vas a dar una posibilidad de encuentro con Dios. Y yo fui, no por convicción sino por no escuchar más a esa persona que me invitaba.
– ¿Qué fue lo primero que descubriste, lo que te hizo cambiar?
– Hasta aquel momento yo pensaba que un ser humano era un número en un carné de identidad y cuál fue mi sorpresa que el decir que sí a ese encuentro con el Señor marcó mi vida de una forma positiva: Me abrió a una experiencia diferente… Lo primero que descubrí es que era un ser humano grande, que tenía unos valores grandes y que había una persona que me quería por encima de todo: ese alguien es Jesús, que hasta ese momento no lo había conocido. No puedo decir que me convertí totalmente en el cursillo, pero sí que es verdad que se me abrió un camino diferente, a través del que cambió mi forma de ver a mi familia, cambió mi forma de ver mi propia vida, mi propio pensamiento en cuanto a muchos planteamientos. Me dijeron: por aquí puedes empezar a caminar y vas a ser feliz y empecé a caminar.
De ahí han ido surgiendo muchísimas alegrías en mi vida, mi compromiso cristiano ha ido madurando y creciendo, y en mi familia se vive un ambiente creyente.
– Desde entonces no dejas de invitar a vivir esta experiencia, a vivir este encuentro con Dios.
– Es más, yo siempre hablo de ello como una experiencia tan hermosa para los jóvenes de hoy… antes, los padres nos educaban en la fe a los hijos… yo tuve la gran experiencia de poder educar en la fe a mis padres. Una cosa hermosísima. La primera vez que recé con mi padre yo tenía ya 32 años. Hoy le digo a los jóvenes: tenéis mucho que hacer. A mis hijos: tenéis mucho que hacer. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad a mí me ha ofrecido esa posibilidad y pienso siempre: cuántos jóvenes, cuánta gente hay necesitada de encontrarse con el Señor, y no lo saben. Pues yo tengo el compromiso de invitar a la gente de mi alrededor, a esta posibilidad de encontrarse con Dios Amor, con un Dios que nos ama, aunque nosotros no lo sepamos.
Hay mucha gente que tiene a Dios con ella, pero no lo sabe, y eso es lo que hace falta descubrir: que Dios está ahí y simplemente dejarle el hueco para que verdaderamente podamos ser felices. Y eso lo hace el Movimiento de Cursillos: ayer, hoy y siempre.
INSCRIPCIONES
El Cursillo comenzará el viernes, día 8, por la tarde y terminará el lunes, día 11, después de comer. El Cursillo se vive en régimen de internado en la Casa Diocesana de Ejercicios. Las plazas son limitadas. Para apuntarse llamar al Obispado y preguntar por Amparo. (967 21 44 78).