3082

3082

8 de mayo de 2016

|

81

Visitas: 81

Desde hace un tiempo, cada vez que se aproxima el momento de las ma­triculaciones en los centros educativos, y muy concretamente en elecciones, la libertad de enseñanza y especialmente la clase de religión se cuestiona o se utiliza como arma arrojadiza de unos contra otros. Para ver como se encuentra esta realizad en la diócesis y provincia de Albacete hablamos hoy con el delegado diocesano de Enseñanza, Ramón Sánchez Calero.

¿Cuál es el fundamento jurídico de la liber­tad de enseñanza y de la clase de religión como tal?

Ramón Sánchez. Esta cuestión está planteada en nuestro ordena­miento jurídico como una cuestión de derechos y deberes fundamen­tales.

En el Art. 27 de la Constitución apartado c. indica: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hi­jos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

En el mismo artículo apartado f. “Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales.”

Después vendrán los acuerdos con la Santa Sede con distintas confesiones religiosas. Son 184 los Estados que poseen acuerdos con la Santa Sede.

El planteamiento general es, más o menos, como todos los paí­ses de nuestro entorno social y democrático. En todos conviven pacíficamente, sin sobresalto, la escuela pública y la concertada; en casi todos está incluida la clase de religión confesional: bien sea evangélica, católica o anglicana. El cambio de partido en los gobiernos no afecta a estas cuestiones funda­mentales. Eso da seguridad a los planes educativos, a los centros es­colares y engendra confianza en los profesores de re­ligión. Este am­biente, lamen­tablemente, no es el que se crea en España cada vez que hay elecciones, y eso hace que los sistemas se re­sientan y la sociedad perdamos.

Por lo tanto cambiar este dere­cho fundamental traería una alte­ración importante en el sistema de derechos, que muchos ciudadanos no lo permitirían.

En concreto, ¿Qué apor­ta la clase de religión al niño y al adolescente?

R.S. • Enseña a leer y ver la vida y los acontecimientos más allá de datos o formulas. Enseña a descu­brir principios de interpretación de lo cotidiano. Jesús con las parábo­las sacadas de lo cotidiano invitaba a vivir de otra forma.

• La clase de religión ensancha el horizonte más allá de la raciona­lidad pura, abarcando otros espa­cios integrales de la persona: capa­cidad de asombro y admiración, el mundo de las emociones, la elabo­ración de relatos de sentido, etc.

• La clase de religión y el cris­tianismo enseña a convivir más allá de la mera tolerancia. Ésta es una forma de convivencia elemental. La mera tolerancia, tolera, pero no integra ni valora. Convivir con el prójimo significa conocer sus dife­rencias, aceptarlas e integrarlas en la concordancia, que nos permite convivir y estar juntos elaborando proyectos.

• La clase de religión pretende hacer buenos ciudadanos del mun­do: Justos, responsables, solidarios, con esperanza y muy respetuosos con la casa común.

Todo esto es mucho. Muchísi­mo. Una vez que los padres lo des­cubren no me cabe duda que se­guirán pidiendo la clase de religión para sus hijos.

¿Cómo es la salud de la clase de religión en la provincia de Albacete?

R.S. Goza de una extraordinaria salud. Del total de 51.989 alumnos, en la provincia, en la enseñanza obligatoria: infantil, primaria y se­cundaria, 41.796 alumnos solicitan sus padres la clase de religión cató­lica, es decir, de cada diez alumnos ocho asisten a la clase de religión. Los datos parciales serian: 84% en infantil, 86% en primaria y 70% en secundaria.

Del mismo modo que de los 51.989 alumnos, 9 624 alumnos se inscriben en la escuela concertada, es decir el 18,5%. Todas las plazas cubiertas. Si hubiere más plazas más se matricularían.

Háblenos del profesora­do de religión

R.S. Es un gran profesorado, que, en muchas ocasiones hostiles a lo religioso, con su entrega y de­dicación a los centros, han hecho que se termine por valorar la clase de religión y el hecho religioso en sí. Están integrados en los centros y son los primeros colaboradores en los mismos.

Desde nuestro secretariado en colaboración con la Consejería, ofrecemos unos planes de forma­ción permanente, espaciada duran­te el curso y secuenciada en distin­tos ámbitos y lugares y reconocida y puntuada por la Consejería de cara a su promoción personal. Es­tos planes de formación procuran dotar a los profesores de unas he­rramientas básicas, y permanen­temente actualizadas, para que no se limiten a repetir mecánicamente conocimientos religiosos, sino que sepan ofrecer al niño y adolescente un proyecto de vida ilusionante, y para ello es necesario tener profe­sores formados e ilusionados.

En infantil y primaria tenemos 120 profesores, de los cuales el 45% disfruta de jornada completa y más del 45% posee más de media jorna­da, siendo únicamente un 9% los que disponen de menos de media jornada.

En secundaria tenemos 52 pro­fesores de religión de los que el 69% dispone de jornada completa y el 19% de más de media jornada, siendo algo más del 11% los que disponen de menos de media jor­nada.

Quiero destacar las buenas rela­ciones de colaboración y de traba­jo con la administración regional tanto el gabinete actual como con el anterior.