17 de noviembre de 2014

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  • Las colectas de este domingo se destinan a los objetivos del Día de la Iglesia Diocesana. La Iglesia de Albacete precisa de nuestra oración, trabajo y ayuda económica

Santiago Bermejo Martín, vicario episcopal de la zona de La Mancha, nos habla del Día de la Iglesia Diocesana y las maneras de colaborar en el sostenimiento económico de la Iglesia; la mejor, con una cuota fija, por domiciliación bancaria, como vemos en el cuadernillo “Nuestra Iglesia”, que se reparte hoy en las parroquias.

Santiago, ¿Con  qué objetivos celebramos el Día de la Iglesia Diocesana?
Hay varios, uno es por el bien de cada uno de nosotros, reforzando la identidad de lo que somos y nuestra conciencia de que formamos parte de esta familia que es la Iglesia. También es un bien para la Diócesis, cayendo todos en la cuenta de que lo más esencial y lo más profundo que nos une es, como dice San Pablo, un solo Señor, una sola fe, es decir, que es el Señor el que nos reúne y nos llama a cada uno a dar respuesta a nuestra vocación cristiana trabajando en esta porción de su viña que es la Diócesis de Albacete, participando en la vida de las parroquias. También es un día para que avancemos en la auto concienciación de que la Iglesia es nuestra y tiene que valerse por sí misma, no sólo con nuestro trabajo y oración, sino también con nuestra ayuda económica, que es beneficio a su vez para las personas más desfavorecidas.

¿Cuáles son los principales ingresos con los que se mantiene una parroquia?
La mayoría de las parroquias se mantienen por los donativos de sus propios feligreses, que dan en las colectas de los domingos, y por servicios de un bautizo, una boda, entierro, misa funeral…  Es decir, las parroquias viven de los donativos de la gente, y con este dinero hay que afrontar los gastos de mantenimiento del edificio, salones parroquiales, la luz, la calefacción, fotocopiadora, papel, teléfono, para el servicio pastoral, y la labor de Cáritas, pues de nuestras aportaciones se benefician también las personas más necesitadas de nuestro entorno. La parroquia ayuda a los demás.

¿Qué otras maneras tenemos de colaborar en el sostenimiento económico?Hay muchas personas y familias que tienen ya su cuota domiciliada, por la que colaboran con una cantidad fija al mes, al trimestre, semestre o al año. Esta colaboración periódica, abonada a través de domiciliación bancaria, es el mejor sistema para contribuir al sostenimiento económico de la Iglesia, y se puede hacer en la parroquia o en el Obispado. Y además, muy importante, marcando la X en la casilla de los fines de la Iglesia Católica en el momento de hacer la Declaración de la Renta.

“La parroquia es nuestra y hay que cuidarla”

Juan Fernández Selva es párroco de los pueblos de Bogarra y Paterna del Madera.

Juan, ¿Cómo se mantienen en la Sierra, las parroquias que Ud. lleva?
Es muy difícil conseguir cuotas fijas, domiciliadas, que sería lo ideal. Lo proponemos, pero no es fácil. Nos vamos manteniendo con los donativos de la gente; es poca cosa, pero vamos recogiendo. En Paterna del Madera, por ejemplo, se hacen varias pujas durante el año en beneficio de la parroquia, con motivo de San Miguel, San Isidro, la Virgen del Rosario… Aquí en la Sierra la gente colabora hasta con cosas que donan y que se transforman en dinero, como con el cordero que nos regalaron hace poco, con el que hicimos una rifa.

¿Qué gastos hay que afrontar?
El mantenimiento de los edificios es muy costoso: La luz nos ha subido mucho en las parroquias, es un gasto que se nota. Y si no ponemos la calefacción, no se puede estar por el frío. Por otro lado, en Bogarra hemos pintado la Iglesia, que estaba haciendo grietas. Era un gasto de once mil euros y se ha pagado del fondo de la parroquia; nos ha costado recuperar todo eso. Y al mismo tiempo, la crisis nos hace estar aún más pendientes de las necesidades de la gente. Los donativos hay que destinarlos a la gente que tiene necesidad.

Además de con nuestro dinero, es mucho lo que todos podemos hacer en la vida de la parroquia.
Así es. En la parroquia hay un montón de gente trabajando: en Cáritas, Liturgia, Catequesis, Economía… un grupo de mujeres que limpian la Iglesia, otro de asistencia a enfermos… Mucha gente dando su tiempo, dedicando muchas horas, su preocupación, y con gusto además, y esto en el pueblo se transmite: se valora todo mucho más y se vive mejor. La gente más implicada es la que más conciencia tiene de que la parroquia es nuestra y hay que cuidarla.