1 de abril de 2018
|
106
Visitas: 106
[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]M[/fusion_dropcap]i nombre es Daniel Zerbo, nací en una familia cristina católica de Mali, país laico, pero con una gran mayoría musulmana. El país tiene 90% de musulmanes, 9% de animistas y 1% de cristianos (católicos, protestantes).
Empecé mis estudios primarios en la escuela católica y mis estudios secundarios en la escuela salesiana de Bamako cuyos misioneros eran españoles. Desde pequeño empecé a participar en los movimientos juveniles y con 18 años empecé a dar catequesis. En mis oraciones de juventud cada día pedía a la Virgen María intercesión para estudiar en Canadá, Bélgica o Francia. Lo que no sabía era que iba acabar el bachillerato como primero nacional y que los salesianos me iban a proponer venir a estudiar en España. Después de los resultados del bachillerato habló conmigo un salesiano, José Guillén, para ofrecerme la posibilidad de venir a estudiar en España. La idea no me gustaba porque no conocía nada de España, solo había visto algunos atentados de ETA, unos conflictos de los pescadores españoles. Pedí al Señor que se hiciera su voluntad.
Efectivamente me dieron la beca de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional). Llegué a España, Madrid, el jueves 23 de octubre de 1994. Estuve unos días dando vueltas sin saber si me quedaba en Madrid o a qué ciudad me iban a mandar. Finalmente me dijeron de elegir entre Badajoz y Palencia como no sabía nada de España, en mi oración del día 27 de octubre 1994 antes de acostarme le pedí al Señor socorro. Así el día siguiente me levanté y lo primero que vi en el mapa de España fue Badajoz. Decidí irme a estudiar en Badajoz.
Ha sido la mejor experiencia de mi vida porque el Señor ha estado a mi lado. Estuve tres años en Badajoz, la gente se portó conmigo de maravilla. Tuve, tengo, muchas amistades por la ciudad.
Después de los 3 años de estudios, estaba un poco indeciso, no sabía si volver a Malí o quedar aquí en España. Como no lo tenía claro acudí a mi madre celestial de nuevo para pedirle ayuda. Me acuerdo muy bien que en el mes de agosto de 1997 me vino en la cabeza de volver a casa como el hijo prodigo. No olvidaré nunca la fecha de mi regreso a Malí porque ese día conocí en el aeropuerto de barajas de Madrid ahora conocido con el nombre de Adolfo Suarez a una persona muy importante en mi vida profesional y espiritual.
Llegue al aeropuerto a las 6 de la mañana, el vuelo estaba previsto a las 9 horas. Después de facturar estaba sentado y se me acerco un señor, padre Elías Laguna, me pregunto dónde iba. Le dije a Malí, el viaje Madrid – Bruselas y de Bruselas – Bamako. Cuando llegamos a Bruselas me preguntó: ¿cómo que un maliense habla tan bien español? Le dije que había estado estudiando en España durante 3 años. Me preguntó qué había estudiado y le dije agricultura. Poco tiempo después me dijo que era el director de los salesianos de Bamako y que estaba buscando un profesor de tecnologías y prácticas en agricultura, le dije que yo era antiguo alumno de los salesianos. Me dijo contratado. Así que encontré trabajo en el avión de vuelta a casa. Estuve muy a gusto dando clase en los salesianos.
Un día me dijo que el embajador de España estaba en Malí y nos fuimos a visitarle. Hablando me preguntó ¿dónde había aprendido el castellano? Le contesté en una de las mejores ciudades de España y del mundo por su gente. Me preguntó ¿cuál? Le dije Badajoz y me miro me dijo que él era de Badajoz.
Me dijo que le gustaría que volviera a España para estudiar la carrera superior de agrónomo. Ni el padre Elías ni yo queríamos, pero acabamos aceptando la idea. En el año 2000 me vine a Valencia a estudiar con la idea de volver, pero cuando acabé en 2003, el padre Elías ya no estaba en Malí, el nuevo director no contaba conmigo. Es así como cambian todos los planes y es en ese momento cuando tengo la suerte de trabajar en la fundación Ceimigra “Centro de Estudios para la Formación e Integración de Inmigrantes”. En 2011 me fui a trabajar en Madrid en una ONG “MPDL”.
Llegue a Albacete en agosto de 2016 buscando trabajo. No encontraba trabajo y cuando pensé que estaba todo perdido me recomendaron hablar con Toñi, su hermana Amparo y el padre Miguel. El Señor puso a esas tres personas en un momento muy importante porque me animaron, me ayudaron a una búsqueda efectiva de trabajo. Gracias a Dios encontré trabajo en ACCEM y empecé a trabajar el día 23 de febrero de 2016. Ahora estoy muy bien en Albacete. Hice el cursillo de cristiandad nº1020 en Murcia. Soy catequista en El Buen Pastor y llevo el grupo de confirmación.