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25 de marzo de 2008

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Juan Pablo II pidió, en la Encíclica Evangelium vitae, la celebración de una Jornada por la Vida para manifestar “el gozo por una vida que nace, el respeto y la defensa de toda existencia humana, el cuidado del que sufre o está necesitado, la cercanía al anciano o al moribundo, la participación del dolor de quien está de luto, la esperanza y el deseo de inmortalidad” (EV85), y cuyo fin es “suscitar en las conciencias, en las familias, en la Iglesia y en la sociedad civil el reconocimiento del sentido y el valor de la vida humana en todos sus momentos y condiciones, centrando particularmente la atención sobre la gravedad del aborto y la eutanasia, pero sin olvidar los demás momentos y aspectos de la vida, que merecen ser objeto de atenta consideración, según sugiera la evolución de la situación histórica” (EV 85).

Siguiendo esta invitación la Conferencia Episcopal Española ha decidido trasladar la JORNADA POR LA VIDA a la Solemnidad litúrgica de la Encarnación del Señor, que este año se celebra el lunes 31 de marzo.

En Albacete se celebrará una Eucaristía presidida por Obispo de Albacete, Ciriaco Benavente en la Parroquia de Franciscanos a las 8 de la tarde.

Por este motivo convocamos a todos, asociaciones y movimientos pro-vida, movimientos matrimoniales y familiares, y todos los que amamos la vida y queremos defenderla allí donde esté amenazada, a la vez que luchamos por una vida digna para todo ser humano.

Todos somos conscientes de la gravedad de la cuestión de la vida. La vida es un don de Dios que debemos acoger, custodiar y promover. La vida es siempre un bien. El mayor bien como reza el cártel anunciador de esta Jornada.

La acción asistencial, siendo insustituible, no basta para dar respuesta al desafío cultural al que nos enfrentamos. Es necesario movilizar las conciencias, comenzando por una conversión personal a Jesucristo y al evangelio de la vida. Se trata de generar entre todos una auténtica cultura de la vida.