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2 de abril de 2006

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]l Administrador Diocesano Luis Marín Navarro nos habla de la Misa Crismal de este año. La Misa crismal la tiene que presidir un obispo ya que él, como Administrador Diocesano no puede hacerlo.

A primeros de febrero os escribía poniéndome a vuestra disposición como Administrador Diocesano con el deseo de que nos ayudáramos unos a otros en el servicio que, como Presbiterio, prestamos a la Iglesia Diocesana. Va pasando el tiempo y se puede comprobar fácilmente que cada uno hace lo que tiene que hacer y además procura hacerlo lo mejor que puede, como se ve en el funcionamiento de las parroquias, de la mayoría de los arciprestazgos, de las delegaciones, de la Curia y de todo lo que configura la vida de nuestra Diócesis. También las confirmaciones y los retiros arciprestales están resultando bien. Gracias a todos.

El día 12 de abril, miércoles,  sigue diciendo Luis Marín, tendremos la Misa Crismal, presidida en esta ocasión por Monseñor Ceferino Toe, Obispo dimisionario de Burkina Fasso, ya que el Administrador Diocesano no puede consagrar el Crisma. Aunque la homilía corra a mi cargo, el hecho de que la concelebración sea presidida por un Obispo africano nos hará pensar en la universalidad de la Iglesia y es fácil que nos suscite alguna otra pregunta.

La Misa Crismal del día 12 de abril, dadas las circunstancias de este año, tiene para nosotros un significado especial porque acentúa la fraternidad del Presbiterio Diocesano. Nos acordaremos de los cuatro Obispos que hemos tenido y nosotros nos sentiremos más hermanos, más dispuestos a estrechar nuestras manos para seguir trabajando con ilusión y entereza en nuestra tierra albaceteña esperando la venida de un nuevo Pastor. El día 12 renovaremos nuestro corazón, aligeraremos nuestras manos y nuestros pies, sentiremos la fuerza del Espíritu y el calor de Jesús. Nos atreveremos a decir “aquí estoy Señor”.

Al finalizar la Misa Crismal, que empezará a las 12 de la mañana en la S.I. Catedral, termina comentando el Administrador Diocesano, nos trasladaremos al Seminario – Casa Sacerdotal, donde tendremos nuestra tradicional comida de fraternidad.

En la Misa Crismal se consagra el Oleo y Crisma que se emplean después en las parroquias para los distintos sacramentos: Bautismo, confirmación, Unción de Enfermos y Orden Sacerdotal.

Todas las personas que quieran participar pueden hacerlo.