31 de julio de 2016
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Millón y medio de jóvenes participan en la Jornada Mundial de la Juventud. Unos días que finalizan hoy con la Eucaristía y el encuentro del Papa Francisco con los voluntarios del encuentro. Más de doscientos jóvenes albaceteños entre los que destacan los más de 50 jóvenes en autobús procedentes de la Parroquia de San Juan Bautista de la capital, 7 de la Parroquia de San José, de la Parroquia de El Pilar y San Pablo 1, Franciscanos 14, Escolapios 8, de las parroquias de Caudete y la Sagrada Familia de la capital 97, del Club Encella y Club Nerpio han ido 19 y del movimiento Juventudes Marianas Vicencianas 1.
La delegación albaceteña está encabezada por nuestro Obispo de la Diócesis, D. Ciriaco Benavente que no ha querido perderse este encuentro mundial y acompañar a los jóvenes albaceteños. Pero sin lugar a dudas el protagonismo lo tienen los jóvenes que han llenado en masa la ciudad natal de San Juan Pablo II, Cracovia.
Entre los jóvenes de nuestra diócesis de Albacete, destacan los voluntarios que día tras día relatan y montan un video de lo vivido en las redes sociales. Un buen pulsímetro diario para comprobar la experiencia de estos días en Polonia. Los videos se pueden ver en las redes sociales de la delegación de jóvenes y en la web de pjalbacete.
Juanma Talavera lleva en Polonia más de una semana, primero en los días en las diócesis, en concreto en Varsovia donde fue acogido por una familia polaca y ahora en Cracovia. Para Juanma son días de descansar poco pero merece la pena porque “la Jornada Mundial de la Juventud está siendo una fiesta de fe, alegría y esperanza de toda la juventud del mundo. Cracovia es una fiesta continua desde que amanece hasta que anochece. Los jóvenes cantan por las calles, se hacen fotos uniendo sus banderas, cantan en todas las iglesias donde es posible hacer oración y adoración. Rezar unidos, cantar unidos, a pesar de la lluvia, el cansancio, de no comer cuanto toca, de las incomodidades de las necesidades básicas pero vamos con una alegría que se contagia de unos a otros. Cuando uno está cansado o molesto enseguida viene una canción por la calle, el tren o el tranvía y te cambia la cara”.
Pero no son días para el encuentro de unos jóvenes con otros sino para la reflexión y el compartir. Para Juanma Talavera “las catequesis de la mañana están siendo muy diferentes a lo habitual. Hay animación con canción y baile, testimonios de jóvenes de tener antes una vida triste, a cambiar a una nueva vida que lleva al compromiso de pareja o la vocación. Las reflexiones de los obispos están siendo muy distintas, muy animadas, con mucha sabiduría, interactuando con nosotros los jóvenes y conectando de una manera no antes vista. Es asombroso ver cuantos jóvenes se confiesan, cuántas emociones se ven en los rostros de los jóvenes reconciliados y cuánta paz y alegría de sentirse amado por Dios. Las catequesis siempre nos transmiten que debemos sentir la misericordia de Dios en nuestro corazón. Como instrumento para cambiar nuestra ciudad, amigos, familia, colegio o comunidad”.
El Papa Francisco ha estado presente desde el jueves pasado y para los jóvenes es un aliciente más. “El entusiasmo de encontrase con el Papa se vive y se palpa. La gente quiere verlo y escucharlo. Cuantas camisetas y banderas con el rostro de Francisco con palabras de tantos idiomas del mundo entero. Desconcertante descolocados. Sí, la ciudad de Cracovia late con un solo corazón”, afirma Juanma Talavera.
Antonio Jiménez ha ido narrando día tras día para Cope Albacete las impresiones de la JMJ y comenta que “está siendo, sin lugar a dudas, la gran fiesta mundial de la juventud. Es increíble la cantidad de peregrinos que llegados de todas las partes del mundo, incluso de aquellos países donde la Iglesia Católica es minoritaria o incluso perseguida, nos hemos reunido estos días en Cracovia con un mismo propósito: el tener un encuentro con Cristo a través del Papa Francisco y de los jóvenes participantes. Reina un excepcional ambiente de acogida, hospitalidad y fraternidad en todos los momentos que nos hacen sentir como si estuviéramos en casa”.
Y por qué Cracovia. Fue San Juan Pablo II el creador de estas Jornadas de la Juventud que se realizan cada dos o tres años. “Estamos en la tierra de San Juan Pablo II y de Santa Faustina y eso, lógicamente, se nota en todos los encuentros y celebraciones. Estos dos Santos nos enviaron el mensaje de la Misericordia de Dios y es lo que se nos repite continuamente. Que nos dejemos tocar por la Misericordia de Dios, para que luego seamos capaces de transmitirla en nuestra vida y ambientes. No podemos dejarnos llevar por el cansancio o la apatía. Dios siempre acerca su corazón a nuestras heridas” comenta Antonio Jiménez.
Son momentos inolvidables, marcados en la retina de la juventud. Para Antonio Jiménez los momentos más bonitos son “cuando todos nos reunimos y cada uno en nuestra lengua rezamos y cantamos a Dios. Ahí es cuando verdaderamente experimentamos la universalidad de la Iglesia. También me quedo con los testimonios de misericordia que hemos escuchado. Que nos han hecho sentir la necesidad de perdón que todos llevamos dentro y como Dios actúa en el corazón de las personas de la manera más inesperada. En resumen: ¡Qué grande eres Señor! ¡Cuánto nos quieres! ¡Qué viva esta la Iglesia!”