17 de noviembre de 2013
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Pertenecemos a la Iglesia: por el Bautismo somos Hijos de la Iglesia y esencialmente, somos hijos de la Iglesia de Albacete, donde convivimos, compartimos y vamos creciendo juntos en fe, esperanza y caridad, haciendo cada uno y cada una la tarea que le ha sido confiada solidariamente como miembro de la Iglesia del Señor: anunciar, con su testimonio de vida, con sus obras, sus palabras… la Buena Nueva que es Jesucristo, cada cual desde su lugar, desde su servicio y responsabilidad, desde su parroquia, desde su casa… allá dónde esté.
“Cada uno de los diocesanos -de la Diócesis de Albacete-, ha de grabar en el alma esta convicción: “Yo también soy la Iglesia”, afirma nuestro obispo, D. Ciriaco Benavente, que nos invita a vivir en este Día de la Iglesia Diocesana “el gozo de pertenecer a esta buena familia. Participemos más intensamente en su vida y misión, para que sea la Iglesia con todos, al servicio de todos”, lema del Día de la Iglesia Diocesana de este año.
Al concepto de familia se refiere también el ecónomo de nuestra Diócesis, José Sánchez, para insistir en la importancia de que “somos la Iglesia, pero dentro de una comunidad, de una parroquia de la Iglesia local o diócesis y desde ésta nos hacemos Iglesia Católica con todos y al servicio de todos, pues no podemos quedarnos en nosotros mismos”.
“Cada cual es miembro de una familia, con padres, hermanos… pero su familia es mucho más grande: abuelos, tíos… la familia tiene cambios y se va ampliando también con nuevos miembros. Entonces, cabe preguntarnos hoy: ¿Con quién se relaciona uno más? Con los que tienes cerca, sin dejar de relacionarte con los demás. Pues este es el sentido del Día de la Iglesia Diocesana: con nuestros fallos, carencias, vamos adelante en nuestra misión y ayudamos a los que tenemos a nuestro alrededor, los que están más cerca, si bien nuestra ayuda se va abriendo a otras dimensiones”, nos explica José Sánchez.
Sobre la misión de anunciar la Buena Nueva que es Jesucristo, D. Ciriaco afirma en este día que “Jesucristo es la aportación más necesaria y la riqueza más grande que nuestra Iglesia puede ofrecer al mundo. De Él aprendemos lo que tan expresivamente dice el Papa Francisco: la capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones, cercanía, proximidad”.
“Ayuda a tu parroquia, ganamos todos”
Se trata, por tanto, de sentir como propias las necesidades de la Iglesia Diocesana en el cumplimiento de esta misión, contribuyendo con nuestra aportación económica a su sostenimiento, “teniendo un sentido de más responsabilidad hacia lo mío y que tengo que cuidar”, precisa José Sánchez. Esta es la finalidad de la colecta para el sostenimiento económico de la Iglesia “Ayuda a tu parroquia, ganamos todos”, que hoy se hace en todas las parroquias: participar en atender y cubrir nuestras propias necesidades, con especial consideración hacia las parroquias de la diócesis que tienen menos recursos.
El ecónomo de la diócesis nos comunica que la colaboración periódica –cada mes, cada tres meses…, con una cuota familiar o personal, abonada a través de domiciliación bancaria, es el mejor sistema para contribuir al sostenimiento económico de la Iglesia, pues “al saber con lo que cuentas, es mucho más fácil hacer un presupuesto”. La cuota se puede hacer en la parroquia o en el Obispado.
El cupón para esta domiciliación bancaria lo tenemos en el cuadernillo de “Nuestra Iglesia. Campaña de Comunicación para el Sostenimiento Económico de la Iglesia”, preparado para el Día de la Iglesia Diocesana, y en cuyas hojas centrales aparece el balance de ingresos y gastos de la Diócesis en 2012.
En el apartado de ingresos, destaca la cantidad asignada a la Diócesis de Albacete por la Conferencia Episcopal Española, del reparto del Fondo Común Interdiocesano y que procede del 0,7% del IRPF, cuando marcamos la cruz en la casilla para los fines de la Iglesia Católica, participando en la campaña “Portantos” al hacer la Declaración de la Renta.