31 de agosto de 2009

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Bajo el lema “Para evangelizar el mundo obrero y del trabajo, humanicemos la cultura”, se han reunido más de 800 militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica en Madrid para orar, reflexionar, dialogar y tomar decisiones sobre su tarea y misión en los próximos años, teniendo en cuenta la situación actual del mundo obrero y del trabajo, de la sociedad y de nuestra Iglesia.

Durante el proceso de esta Asamblea General se ha tenido presente a los compañeros, hombres y mujeres, que siguen padeciendo la injusticia, agravada por la actual crisis, de un mercado de trabajo convertido en una selva: a los parados, a los sin techo y excluidos; a los jóvenes sin esperanza; a los pensionistas y jubilados que viven con un salario de miseria; a las mujeres marginadas en el mundo del trabajo por su género y en muchos casos obligadas a renunciar a la maternidad o incluso a abortar, si desean que les renueven su contrato; también a las mujeres asesinadas, víctimas de la violencia machista, al ser consideradas como seres humanos de segunda categoría; a los precarios; a los que el sistema laboral les impide compartir trabajo y familia, trabajo y compromiso social, trabajo y formación, trabajo y descanso, trabajo y vida… Se tuvo presente también a las víctimas de los accidentes laborales, inmigrantes, y las víctimas de cualquier injusticia.

Ante la situación actual, los militantes, se exigen enfrentarse al empobrecimiento que provoca el actual sistema de producción y consumo y a la deshumanización que genera la cultura dominante, que aleja de los empobrecidos y oculta la verdadera dimensión de la justicia. El reto está en que la Iglesia, y la HOAC como Iglesia en el mundo obrero, sea capaz de construir en nosotros y proponer, con humildad y firmeza, un proyecto de realización humana que responda al hombre y mujer de hoy, y que seamos capaces de acompañarlo en su construcción y desarrollo. Este proyecto de realización humana es Jesucristo, que se nos ha manifestado como “el camino, la verdad, y la vida” de toda persona humana.

Para hacer frente a la situación actual, la HOAC ha acordado tres grandes formas de vida y acción:

  1. El cultivo de la espiritualidad y la formación, para dejar que Jesucristo siga configurando sus vidas y superar las conductas y apetencias con que la cultura consumista, hedonista e individualista intenta permanentemente ganar el corazón alejándonos de los pobres.
  2. El cultivo de la vida comunitaria. El proyecto de humanización desde Jesucristo demanda la necesidad de crear comunidades que lo desarrollen y acompañen a los militantes en su proyecto de vida.
  3. El desarrollo de un quehacer que sea apostólico y comunitario. La vida que Jesucristo ofrece la podremos construir y vivir respondiendo desde la gratuidad al amor que Él ha derramado en nosotros.

Finalmente, la Asamblea se ha comprometido a impulsar el trabajo de las organizaciones políticas, sindicales y ciudadanas y de todas las personas de buena voluntad en la construcción de formas de vida y de acción que pongan en el centro de su existencia y quehacer el amor y la justicia que los empobrecidos de todo el mundo reclaman y necesitan para construir su proyecto de humanización. Se continuará también animando la corresponsabilidad del laicado en la vida de la Iglesia, la Pastoral Obrera de toda la Iglesia y su opción evangélica por los empobrecidos.