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20 de julio de 2007

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Las parroquias no se toman vacaciones. Simplemente cambian sus actividades. La mayoría de las comunidades parroquiales tienen convivencias a lo largo del verano, porque las convivencias son momentos de encuentro y de profundización, de amistad y de ocio encauzado a descubrir valores en uno mismo y en los demás. Unas parroquias o movimientos se quedan en la Diócesis, otras buscan playas o montañas más lejanas, fuera de los límites comarcales.

El Sahúco: La Colonia del Sahúco es una de las pioneras en nuestra Diócesis. Durante todo el curso tiene alguna actividad de fin de semana, de encuentros arciprestales, retiros, etc. Pero cuando llega el verano por allí pasan cientos de chavales y jóvenes disfrutando de unos días inolvidables de convivencia. A través de técnicas, dinámicas, charlas, momentos de oración, juegos, veladas, etc., los chavales disfrutan en un ambiente educativo inolvidable.

José Joaquín Tárraga, cura de Peñas y responsable de la Colonia de El Sahuco nos detalla la lista de grupos que van pasando por allí.  El Sahúco se viste de verano, de chavales, de jóvenes, de alegría. Las últimas convivencias que hemos tenido aquí han sido las del Seminario Menor (a principios de julio). También en este mes han venido del Colegio Vedrunas de Madrid y de la parroquia de Fátima de Albacete que termina hoy. Mañana tenemos la colonia de todo del arciprestazgo con los pueblos de San Pedro. Alcadozo y Peñas y San Blas de Villarrobledo (175 chavales) con su grupo de monitores, catequistas y sacerdotes. Después de esta convivencia vendrán los de las parroquias de Tobarra (185). Aquí no se para.

¿Por qué merece la pena este tiempo de convivencia?
Una convivencia es parte del trabajo de todo el año, de todo el curso. La parroquia no cierra sus puertas, ni la fe se toma vacaciones. Cambia. Queremos educar en el tiempo libre, queremos educar también en la amistad. Son aspectos que se viven prácticamente en un tiempo como éste y en un espacio como el que nos depara un marco distinto al de todo el año. El chaval, el joven descubre por medio de actividades, deportes, marchas, veladas, la alegría de ser cristiano, la alegría de la fe. Todo esto lo posibilita los talleres, las charlas formativas, el encuentro con el Señor, la oración, etc.

La Casita La Casita es un paraje, casa de espiritualidad para niños, jóvenes y los que se sienten como ellos. Está cerca de Casas de Juan Núñez. Se brinda a todas las personas que quieran para organizar actividades, convivencias, encuentros, etc. El responsable es Javier Olaso que en estos momentos está en la Sierra de Albarracín. Con poca cobertura nos ponemos en contacto con él a grito pelado; creo que tanto gritamos que si apagáramos los móviles nos escucharíamos mejor a pesar de tantos kilómetros.

Javier, ¿dónde estás concretamente y con quién?
En Villar del Cobo, en la Sierra de Albarracín con 180 niños del grupo escout Calasanz de Albacete.

¿Por qué merece la pena un campamento?
Porque es muy educativo: se aprende a vivir, a convivir en contacto con la naturaleza a cuidar la naturaleza, a respetarla y valorarla. Se aprende a servir a los demás, a valorar la amistad, la ayuda. Se fomenta el encuentro con Dios a través de todas estas cosas. También se reza.

¿Cuánta gente ha pasado por La Casita en lo que va de curso?
Casi todos los fines de semana ha estado ocupada. Por la casita han pasado unos 1.500 niños y jóvenes de distintas parroquias y pueblos, tanto de la diócesis como de fuera. Además celebramos La Pascua con otros 130 jóvenes. Como Granja Escuela han pasado por La Casita unos 5.000 niños de 54 colegios. Ahora en verano sigue acogiendo grupos de parroquias de todos los sitios: Alicante, Valdeganga, Villarrobledo, La Cruz Roja de Madrigueras, el Santo Ángel, etc. Ahora en Agosto tendremos una convivencia con niños inmigrantes.

Convivencias y campamentos del proyecto de Infancia de los grupos de Cáritas de las parroquias de La Purísisma, Las Angustias y San José Las parroquias de La Purísima, Las Angustias y San José tienen en común un proyecto de Infancia con chavales de las zonas marginadas del entorno. Colabora en el proyecto también la Comunidad La Semilla. Este proyecto se desarrolla a lo largo de todo el curso con actividades de tiempo libre, ayuda al estudio, juegos, participación en cabalgatas, carnavales, excursiones, etc.

Belén de la Vega es una de las educadoras de este grupo nos comenta las actividades hechas durante el verano.
Nosotros tenemos un programa que abarca todo el año, pero la actividad que ellos valoran más es el campamento que hacemos con los mayores. Este verano nos hemos ido a la zona de Tejadillos (Cuenca) en un paraje precioso con agua y abundante vegetación Todos hemos disfrutado. Hemos trabajado con ellos distintos objetivos que en el día a día son más difíciles de trabajar como la higiene, la alimentación, etc. Se han portado muy bien y han asimilado de una forma positiva todos los temas.

Un campamento es importante es una forma de descubrir la manera de emplear el tiempo libre, conviven, aprenden las maneras de resolver los conflictos que surgen, ponen en práctica la destreza que tienen para hacer distintas actividades.

Este verano tenemos más actividades con ellos todas las semanas. Abarcamos niños y adolescentes desde los 4 años hasta los 17 en distintos grupos.

Nos queda otra salida en el verano, a finales de agosto: una acampada con los más pequeños, con los de cuatro años.