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11 de diciembre de 2010

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La Cruz y el Icono de la Virgen que acompañan a todas las Jornadas Mundiales de la Juventud desde que fueron lanzadas por el Papa Juan Pablo II, hace 25 años, están aquí, del 11 al 15 de diciembre en la Diócesis de Albacete, durante su recorrido por España como símbolos que anuncian y nos hacen vivir la grandeza y la alegría de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que será en Madrid, del 16 al 21 de agosto de 2011.

Javier Igea, director del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española e Inmaculada Molina, colaboradora de este Departamento, nos hablan del significado de esta Jornada -la JMJ Madrid 2011- y de la oportunidad que tenemos para orar con la cruz de los jóvenes.

– ¿Qué es, qué representa la Jornada Mundial de la Juventud?JAVIER: Sería para la Iglesia Católica muchísimo más que lo que son unos Juegos Olímpicos para la sociedad civil, pero es algo mucho más grande.

INMACULADA: Si. Se nos dice que es el mayor acontecimiento evangelizador que tiene la Iglesia, que convoca a los jóvenes de todo el mundo a venir a participar en esta fiesta de la fe. Es una fiesta de la fe, un acontecimiento que tiene un componente muy importante: la alegría, donde vamos a vivir los jóvenes la fraternidad; como hermanos compartiremos la fe en ese ambiente alegre.

JAVIER: Y dentro de este ambiente, es también un encuentro personal, libre con Jesucristo que es Camino, Verdad y Vida. Es un Encuentro masivo pero no masificado.

– ¿Qué pasos podemos ir dando para preparar la JMJ?INMACULADA: Uno de los primeros es invitar a todas las familias de Albacete a que sean familias de acogida. La hospitalidad es uno de los elementos que vivimos fuertemente, especialmente los días previos a la JMJ. Albacete es una de las 65 Diócesis españolas que van a ser de acogida para estos jóvenes que vienen de todo el mundo.

Estamos todas las familias invitadas a recibirlos. Hablamos del 11 al 15 de agosto de 2011. Aquellas personas que tengan previsión de irse de vacaciones, por favor, que no se vayan, que se queden aquí para abrir las puertas para acoger a Cristo que llega en la imagen de estos peregrinos, que vienen también a vivir en comunidad con todas las familias y los jóvenes de Albacete.

JAVIER: Y después, a Madrid. Es importante informarse e irse inscribiendo, contactando con la Delegación Pastoral Juvenil de Albacete y a través de la web de la JMJ, Madrid11.com.

– ¿Sirve la JMJ para evangelizar, para llevar el mensaje de Cristo?
INMACULADA: Si, y en clave misionera: Nos convoca el Papa, vamos a Madrid, y a la vuelta, estamos llamados a ser testigos, a llevar lo que hemos oído y visto a nuestra realidad, en nuestro día a día, y las parroquias, siendo lugar cálido para tantos jóvenes que tendrán esa experiencia fuerte de evangelización, que querrán saber y conocer más de su fe.r a la jornada es una experiencia de Iglesia universal. Vives que la Iglesia no se reduce a lo que conoces dentro de tu parroquia, de tu Diócesis. Que estamos dentro de algo mucho más grande, algo que nos trasciende y es muy bonito poder compartir tu fe con hermanos nuestros que vienen desde Vietnam, Siria…  de países en los que es muy duro ser cristiano, y esto te abre una dimensión para vivir la fe de otra manera.

– En estos días tenemos en Albacete la cruz y el icono de la Virgen.
JAVIER: La cruz de los jóvenes es mucho más que la antorcha olímpica: El símbolo fuerte de la redención, que ha peregrinado por el mundo y ahora llega a Albacete, en su recorrido por España. Esta cruz ha estado en lugares de mucho sufrimiento… cuando cayeron las Torres Gemelas… en la zona entre las dos Coreas… como signo de reconciliación, de redención que necesita la Humanidad, y con ella, tenemos una oportunidad preciosa de orar y decirle a Jesucristo, como el buen ladrón: “Acuérdate de mí cuando llegues en tu Reino”.

INMACULADA: La cruz es también el corazón palpitante de la jornada, por su recorrido histórico, por su paso por tantos lugares de sufrimiento; corazón que nos muestra el rostro sufriente de Cristo, y es muy pedagógico que ante la celebración de la JMJ, primero tenga lugar su paso por el país, por las Diócesis que acogen este evento internacional de las jornadas.