26 de mayo de 2014
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Eloína Tercero González (a la izquierda de la imagen) y María José Alfaro Medina (a la derecha), son profesoras de Religión. Al acercarse ya el plazo de matrícula para el próximo curso escolar 2014/15, animan a los padres a apuntar a sus hijos a la clase de Religión, porque desde su experiencia personal de la fe cristiana vivida y celebrada, así como desde su formación profesional y académica, tienen la certeza de que “esta asignatura es fundamental, pues ayuda a vuestros hijos a vivir y a ser felices… de verdad”.
La campaña “Apúntate a la clase de Religión. Jesucristo, fuente y fundamento de valores y virtudes”, fue presentada en la Diócesis por el delegado diocesano de Enseñanza, Ramón Sánchez, “desde el convencimiento de que estamos prestando un gran servicio a la persona y a la sociedad”, y recordando que todos los años, curso a curso, los padres que quieren la clase de Religión tienen que expresar esta opción en el lugar indicado en los impresos de matrícula de los colegios e institutos.
En la provincia de Albacete, ocho de cada diez alumnos eligen la enseñanza de religión católica, en todos los niveles de la enseñanza obligatoria (Infantil, Primaria y Secundaria).
Eloína es la profesora de Religión de los niños de Infantil, y de Primaria, del Colegio Rural Agrupado (CRA), de Peñas. Lleva diecinueve años trabajando en esta zona y junto a su labor como docente, es también miembro activo de su Parroquia de Peñas de San Pedro, en la que colabora con la catequesis y la liturgia.
“La clase de Religión –asegura-, aporta elementos para que el alumno se conozca a sí mismo, sea libre y responsable, y respete a los otros. Impulsa la dignidad de la persona, la libertad y la responsabilidad en el quehacer junto a los demás”.
“Es una enseñanza muy amplia –añade-, en la que se trabajan muchos aspectos, que va a dar a los niños la base para ayudarles ante las dificultades que la vida misma trae consigo. No es una clase de Lengua o de Matemáticas. La relación es diferente con los alumnos: ellos se sinceran, te cuentan sus problemas y estamos ahí para ayudarles a solucionar lo que les preocupa, desde pequeñitos. ¿Cómo lo hacemos? La clase de Religión es una clase alegre, donde cada uno tiene la posibilidad de expresarse”.
María José está cubriendo una baja en el IESO Bodas de Camacho de Munera. Es su primer año como profesora de Religión, si bien lleva quince años muy vinculada a la pastoral juvenil en su Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, con jóvenes del mismo tramo de edad que ahora tiene en el Instituto: de 12 a 16 años, un tramo con muchas dudas, inseguridades, y decisivo para el futuro.
“Desde siempre he tenido la vocación de enseñar, y esta asignatura es tan fundamental para la vida… esto es lo que te ayudará a vivir: el foco desde el que tú vas a enfocar todo lo demás, desde la perspectiva que te ofrece el cristianismo. Y todo, junto al conocimiento y respeto de las otras religiones que también abordamos en la clase de Religión: es aprender a vivir en paz y en armonía, contigo mismo y con los demás.
“Te enseña a vivir desde el amor, desde la verdad. También a saber valorar y a decidir entre todo lo que la sociedad te ofrece, y esto es muy importante en la adolescencia en la que los jóvenes están expuestos a mensajes contradictorios. Por otro lado, los chicos tienen muchísimas dudas y te plantean muchas cosas, como el tema del aborto, y ahí te das cuenta de tu responsabilidad. Antes de responder, nos documentamos y preparamos a fondo, para decirles cuáles son las verdades y las consecuencias, y también para darles respuesta a muchas cosas que van vinculadas a lo que están preguntando, sin ellos saberlo muy bien”.
Dirigiéndose especialmente a los padres que pidieron a la Iglesia el Bautismo para sus hijos, María José les dice “que este regalo tan grande de la fe que les habéis dado para sus vidas, no permitáis que se quede olvidado en un armario. Haced que sea visible en vuestros hijos, de tal manera que forme parte de sus vidas para que nunca se sientan solos y puedan ser felices de verdad. Es una forma de seguir regalándoles aquello tan importante que les disteis al nacer. Desde ese inmenso cariño de padre, de madre, es seguir dándoles ese empujón, ayudarles: yo te lo sigo presentando: es para ti. Es una responsabilidad que tenemos todos: la familia, el colegio y la parroquia hemos de caminar juntos, pues todos trabajamos para que el adolescente sea feliz y crezca feliz”.