20 de abril de 2014
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La Asociación Católica de Ciegos Españoles (CECO), va a celebrar sus Jornadas Nacionales de Convivencia 2014 en Albacete, durante los días 25, 26 y 27 de abril en la Casa Diocesana de Ejercicios, con el apoyo de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar.
Las Jornadas serán presentadas el jueves día 24 en un acto público, a las 19,30 horas en el Salón de Actos del Obispado, con la conferencia-coloquio “Iglesia y Discapacidad”, que ofrecerá Ignacio Segura Madico, vicepresidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Ciegos Católicos (FIDACA), y miembro del Consejo Pastoral de Jaén. Dentro de los actos programados CECO también nos invita especialmente a asistir a la conferencia que sobre la exhortación apostólica del Papa Francisco, ofrecerá Francisco Javier Avilés, párroco de Santo Domingo, con el título “Evangelii Gaudium: Retos y Esperanzas”, el domingo día 27, a las 10 horas, en la Casa Diocesana de Ejercicios, así como a las Eucaristías que se celebrarán durante las jornadas: el sábado, a las 8 h., y el domingo, a las 11:30 h.
CECO se creó hace quince años en Zaragoza. Está extendida por toda España y en noviembre de 2008 recibió la aprobación de la Conferencia Episcopal para convertirse en asociación de ámbito nacional. Pertenece también a FIDACA, y acoge a las personas que padecen deficiencia visual grave. Pueden integrarse en ella aquellas personas videntes que deseen colaborar en sus objetivos. Con el lema de “Oración, Formación y Servicio”, CECO plantea la atención de sus asociados desde la fe y el compromiso cristiano.
En Albacete inició su andadura a finales del año 2010, “con el objetivo de caminar unidos en la Iglesia como un grupo más y ser el granito de arena de personas invidentes, para ver con los ojos del corazón”, afirma la presidenta de CECO en Albacete, Consuelo García Serrano.
En las Jornadas, la asociación celebrará la novena al Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, que fue escritor y periodista, miembro de Acción Católica. Estuvo enfermo con parálisis, lo que le obligó a vivir 32 años en silla de ruedas y en sus nueve últimos años de vida además quedó ciego.