9 de febrero de 2015
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El sábado 14 de febrero, a las 6 de la tarde, la Catedral de Albacete celebrará la fiesta de San Valentín con la ceremonia de bendición de los novios, prometidos y de los matrimonios que deseen asistir.
Durante la celebración las 80 parejas de prometidos que tienen previsto contraer matrimonio en la Parroquia de San Juan presentarán e intercambiarán sus obsequios de compromiso e inscribirán sus nombres en un acta que se guardará durante todo el año junto a la imagen de la Virgen de los Llanos.
También recibirán la bendición los novios que, sin haber fijado todavía fecha para su boda, deseen pedir la ayuda de Dios en el camino de madurez en el amor que supone el noviazgo cristiano.
Algunos matrimonios celebrarán también su primer aniversario de boda y se tendrá presente en la oración las dificultades de todo tipo por las que atraviesan muchas familias.
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La tradición acerca de San Valentín
El protector de los enamorados, nació en la ciudad de Terni a cien kilómetros de Roma (Italia) en el año 175, donde actualmente yacen sus restos en una urna debajo de un altar lateral en la Basílica que lleva su mismo nombre.
En el siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido, el santo dedicó su vida a la comunidad cristiana su ciudad natal, y arriesgaba su vida para casar sacramentalmente a las parejas durante este tiempo.
Además, según cuenta la tradición el emperador romano Claudio II prohibió el matrimonio en esa época ya que creía que los soldados casados no eran tan aguerridos como los solteros porque no estaban emocionalmente ligados a una familia.
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen al santo y fue azotado en la vía Flaminia cerca a Roma para evitar tumultos y represalias de parte de los fieles que lo apreciaban mucho, cuenta la tradición que fue decapitado y se le dio sepultura apresuradamente en un cementerio al aire libre.
Posteriormente, tres discípulos suyos lograron desenterrar el cuerpo y lo llevaron de regreso a la ciudad para darle una sepultura digna para su veneración. Según indica la Diócesis de Terni, San Valentín fue martirizado el 14 de febrero del 273.
La fiesta de San Valentín recuerda que el auténtico amor va bastante más allá de un sentimiento, ya que es esencialmente una opción de la voluntad expresada en la entrega y el sacrificio que no «mide» consecuencias.
Como dice el Papa Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas Est (Dios es Amor), el amor «es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca».