27 de agosto de 2013
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En la tarde del veintisiete de agosto, las campanas llaman a los feligreses al “último Rezo” de la Novena. Se prepara la despedida del Cristo que durante unos meses ha estado en la iglesia parroquial de Peñas. Dentro del rezo, la imagen sale en procesión desde la iglesia para recorrer las calles del pueblo, acompañada por los fieles en sentida manifestación de fe.
A las seis de la madrugada del día siguiente se oficia la solemne Eucaristía de despedida al Santísimo Cristo del Sahúco. Misa concelebrada por numerosos sacerdotes. Se continúa con la procesión del Santo hasta la Cruz, situada a unos 500 metros del pueblo. De nuevo vítores y aplausos servirán para despedir al Cristo mientras empiezan a aparecer los primeros rayos del sol. El Santo Cristo prepara el retorno a su Santuario en su caja. Suenan repetidos aplausos. Se escucha la voz del santero: “¡Palmas gandules!” Los mozos inician su carrera, recogiendo durante su recorrido a los numerosos andarines que se han adelantado a la salida del Santo para reagruparse en el Puente de La Solana (primera parada). Momentos más tarde se reanuda la marcha hacia El Sahúco. En Peñas, la multitud regresa en procesión acompañando a la Virgen Dolorosa hasta la parroquia. Allá, en el Sahúco se van agrupando miles de personas en espera del regreso del Cristo a su Santuario.
El Cristo llega sobre las nueve de la mañana a la explanada donde se tiene la Eucaristía al aire libre. Después en procesión se acompaña al Cristo hasta el Santuario donde es venerado por los fieles. Es en su Santuario donde permanece el Santo Cristo del Sahúco hasta el lunes de Pentecostés en que volverá a Peñas.