7 de octubre de 2008
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El próximo sábado, día 11 de octubre, a las 11 de la mañana en la Capilla del Seminario Diocesano (parroquia de Santa Teresa), el Obispo de Albacete, Ciriaco Benavente ordenará a tres diáconos permanentes. Sus nombres son Antonio Javier Mendoza, Enrique Javier Sánchez y Juan José Fernández. Los tres están casados y con hijos.
Con el diaconado pasan a ser ministros. Han terminado los estudios teológicos para poder recibir las sagradas órdenes. Esta preparación les ayudará también a cultivar su vida espiritual y a cumplir dignamente su ministerio.
ANTONIO JAVIER MENDOZA GIL (Parroquia de El Pilar)
Mi nombre es Antonio Javier Mendoza Gil, tengo 47 años, estoy casado y tengo 2 hijas. Trabajo en el Ayuntamiento de Albacete.
Para mí la ordenación al Diaconado es un gran honor. Siento en mi vida la experiencia de Dios que es el que me ha llamado y se ha fiado de mí, a pesar de vivir tanto tiempo alejado de la Iglesia y un crítico contra ella. Él ha tenido a bien fijarse en mí, perdonarme todo y por si fuera poco: llamarme, elegirme para Él.
Acabo de terminar, junto a mi mujer, los Ejercicios Espirituales. Me han hecho mucho bien y me han puesto en camino hacia este Ministerio. En medio de mis dudas, recelos y miedos ante la misión que Dios me pide, he sentido en estos días de Ejercicios Espirituales que, pese a mis limitaciones, cuento siempre con el apoyo de Cristo y de la Virgen María; con su Gracia lo podemos todo.
Espero contentísimo el día de la Ordenación. Animo a todos aquellos jóvenes que escuchen la llamada del Señor al Sacerdocio para que le respondan con generosidad. Decirle SÍ al Señor merece la pena. ¡Es el mejor premio!
ENRIQUE JAVIER SÁNCHEZ LÓPEZ (Parroquia de La Sagrada Familia)
«Gloria, todo el trabajo y dedicación a la Iglesia junto a ti durante muchos años, ha despertado en mí la vocación al Diaconado Permanente, ¿qué te parece?». Estas son las palabras que hace algún tiempo dirigí a mi esposa. Y le pareció muy bien. No sólo le pareció muy bien, sino que me está apoyando y ayudando en todo, sobre todo, en la preparación académica que hemos tenido que hacer.
Esta vocación al Diaconado Permanente, como otras, es una llamada de Dios para que, dentro del matrimonio, pueda realizar este servicio a la Iglesia, servicio diferente al que venimos realizando tanto tiempo. Mi respuesta ha sido: SÍ, ¡aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad! Os pido que me encomendéis en vuestras oraciones, y pido también a Dios, que me ayude a ser un buen Diácono Permanente.
JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ CANTOS (Parroquia de San José)
El diaconado permanente es fruto de un camino recorrido junto al Señor dentro mi familia y de la Iglesia. No es algo que surja de un día para otro. La vocación se va descubriendo en la intimidad con Jesús (orar) y, en los pequeños acontecimientos de la vida donde Dios se hace presente.
La palabra diácono significa servidor, como así los entendieron los primeros cristianos cuando nombraron a siete (libro de los Hechos de los Apóstoles). Muchos son los que dentro de nuestras comunidades sirven y son testimonio del amor de Dios. Eso es lo que quiere significar mi vocación, un intento de imitar a los muchos cristianos que anónimamente descubren en el hermano el rostro de Cristo y, mi disponibilidad para lo que la Iglesia necesite.