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13 de noviembre de 2011

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– Luis ¿Qué le sugiere esta frase: “Nos renovamos para evangelizar”?
– Es una frase muy conocida para mí y para muchas personas ya. Es el título del nuevo Plan Diocesano de Pastoral. Cada cuatro o cinco años cambiamos de plan, el anterior era “Vivir de la Eucaristía en una sociedad secularizada”, y a partir de este año, “Nos renovamos para Evangelizar”.

– ¿Qué es un Plan Diocesano de Pastoral? ¿Quiénes lo tienen que llevar a la práctica?
– Es como nuestro directorio para todos los grupos cristianos, lo que va dirigiendo todas nuestras actividades pastorales. Es una forma de trabajar en la Diócesis, uniendo ideas, actividades, principios, todo en torno a una idea fundamental, que ahora es “Nos renovamos para evangelizar”. El plan lo lleva a cabo toda la Iglesia diocesana, fundamentalmente las personas que vamos más a misa, que practicamos más, los que estamos más dentro de la iglesia, digamos, y aquí estamos los sacerdotes, las religiosas, los catequistas, los de Cáritas…, en definitiva, todos los que trabajan como agentes de pastoral.

– ¿Qué pretendemos con este objetivo de renovarnos para evangelizar?
– Pretendemos responder a una situación del hombre de hoy. Si nos fijamos, vemos que cada día hay menos cristianos, que el mundo está más secularizado, que los principios, las actitudes, las formas de pensar, de sentir, van por otro lado y claro, nosotros tenemos una obligación, que es la que parte del Evangelio: “Id por todo el mundo y haced discípulos míos”. Pero sobre todo, ante esta situación tan variada, tan nueva, tan descristianizada, nos hacemos esta pregunta: ¿Qué nos pide el Señor?, y el Señor nos pide simplemente eso: Renovarnos para evangelizar.

– ¿Por qué renovarnos?
– Se trata de renovarnos en nuestra mente, en nuestro corazón… para que seamos siempre coherentes en nuestra forma de actuar. Por eso pedimos una renovación a cada uno de nosotros, renovación a personas, para que adquiramos todos una mentalidad misionera, y en vez de ir cada uno a lo nuestro, que seamos personas abiertas, que nos preocupemos de los demás. Recordando aquello que le fue preguntado a Caín: ¿Dónde está tu hermano?, hoy nos tenemos que preocupar de nuestros hermanos, de nuestros hermanos alejados. Hemos de renovarnos para ser como el buen sembrador, que esparce la semilla por todos los sitios, pero siempre procurando ser como la sal, como la luz, personas coherentes, y si decimos de renovar a las personas, también renovar a las parroquias.

 – ¿Y cómo renovar a las parroquias, en qué aspectos?
– Hemos puesto como modelo aquella comunidad primitiva de Jerusalén donde los fieles se formaban en la oración, en la doctrina, en la eucaristía y en la reconciliación. Se nos pide entonces que nuestras parroquias sean lugares de formación, de oración, de reconciliación y fraternidad, y también de solidaridad.

– Y todo esto lo hacemos para evangelizar, ¿pero fundamentalmente a quiénes?
– Así es: nos estamos renovando, nos hemos renovado… pero, ¿terminamos ahí? No. Todo es para evangelizar. Y para evangelizar fundamentalmente a unos sectores que hemos elegido como campos prioritarios, que son la juventud, los alejados, la familia, y el mundo de la cultura. Para llegar a estas personas, a estas instituciones, a este mundo hacemos una serie de propuestas; son varias, son muchas, pero se basan fundamentalmente en lo que son nuestras catequesis, nuestras reuniones, la forma de celebrar nuestras eucaristías, de prepararnos a los sacramentos, de estar presentes en el mundo, de contagiar boca a boca, que no nos dé vergüenza hablar de Dios. Nuestro Plan de Pastoral pretende precisamente eso: ser evangelizadores, y abordar la nueva evangelización de la que nos habla Juan Pablo II; aquella evangelización de la que hablaba el Papa Pablo VI: la Iglesia existe para evangelizar.

– Se ha hecho un folleto a modo de herramienta de trabajo para que todos tengamos el Plan de Pastoral.
– Se nos agotó la primera edición y hemos editado una segunda, para que todos los agentes de pastoral tengan este folleto, que hemos hecho con mucha sencillez y claridad. Sería conveniente que en todas las parroquias se hiciese una presentación del plan, no sólo la que se ha hecho en los arciprestazgos o zona de pastoral, para que le llegue a toda la gente. Y en cada grupo cristiano, en Catequesis, en Liturgia, en Cáritas… también, pues un plan de pastoral pretende al mismo tiempo dar unidad a todo lo que hagamos.